Gozando la lactancia · Día Mundial de la Lactancia Materna

Amamantar para mí ha supuesto un camino. Un camino hacia mí misma y hacia lo femenino, en su más pura esencia. Un camino hermoso y ondulante para recorrer entregando y recibiendo.

Un camino no siempre fácil de transitar, donde también se encuentran escollos y baches, donde el principal obstáculo pueda ser la falta de confianza, información acertada y un ritmo de vida incompatible con la atemporalidad de la lactancia, no sólo materna, aunque sí especialmente.

El bebé o niño/a no entiende de horarios, medidas ni pautas. Sabe de olores, sabores, texturas y sentimientos. Requiere de nuestra respiración, nuestras miradas, nuestra atención y voz, aunque la leche le llegue desde una tetina. Esos instantes les pertenecen. No es lo mismo alimentar y nutrir desde la presencia y consciencia que hacerlo de forma transitoria y evadida. No son iguales todos los brazos. Al menos no para mí. Lactar es acompañar, un paréntesis que debemos conceder y concedernos junto a nuestros hijos/as.

Amo la lactancia, adoro sentir a mi hija asida a mis pechos, succionando, cobijada. Adoro nuestras miradas, la conexión y complicidad. Sentirla una cachorra humana, sentirme mamífera a su vez. Sin complejos, despojándome de los tópicos y etiquetas. Regresando a las raíces, sumergiéndome en el mundo sutil de lo que somos. Ella y yo. Madre e hija. Un eslabón más en la cadena de mamíferas refugiadas en la intimidad de sus guaridas, donde la confianza y la voluntad son una buena guía.

Mamíferas que adoran sus cuerpos, acompasan sus ritmos, admiran su sexualidad y tratan de mimarla y respetarla. Aceptando la maternidad y la lactancia como parte natural de ésta, conociendo el poder de elección y que la culpa puede esfumarse, que somos dueñas y responsables últimas de nuestro cuerpo y órganos, que nuestro útero y nuestras tetas son mucho más que iconos sexuales… ¿será que nos estamos empoderando? :)

Lactemos, amemos, respetemos.

¡Feliz Día Mundial de la Lactancia Materna!