Lo confieso.
No creo en el “tiempo de calidad”. Me parece una excusa para justificar precisamente
el tiempo que se pasa separados de los hijos por motivos laborales.
Creer firmemente que es preferible pasar poco tiempo pero atentamente
es como dar por hecho que de poder dedicarles más minutos éstos se encontrarán
vacíos de atención, cariño o presencia. Y no puedo dar por válida esta
afirmación.
Para mí el tiempo en cantidad para la crianza es primordial
y si éste es de calidad, con verdadera atención durante gran parte del día,
tanto mejor. Probablemente no podemos estar cada instante al 100%, pero ¿acaso
somos capaces de desconectar por completo en los escasos momentos que deja la agenda laboral al llegar a casa?
Lo reconozco.
Cuando pasaba día y noche junto a mi hija, tampoco era una
constante dedicación en exclusiva. Entretanto sacaba adelante otras tareas y
necesidades propias, tratando de compaginar cada una de ellas con el grado de
desarrollo y atención que ella precisaba.
Ahora, cuando llego a casa, tengo que hacer malabares para
arañar un rato de calma para nosotras, porque nadie ocupa el lugar que he dejado
libre aquí y eso se nota, mucho, y se traduce en un suma y sigue que acaba con la energía y, a veces, la paciencia.
¿Podemos decir que es suficiente con ese rato juntas en la
noche? ¿Podemos afirmar que nuestro tiempo es estupendo porque es “de calidad”?
Yo no. Y podría afirmar que ella tampoco. Necesito de su presencia, de su
compañía. Por mucho que la lactancia y las noches compartiendo almohada nos
hagan de balsa para el amor y la protección.
Me
cuesta concebir que se pueda siquiera dar opción a que haya niños solos y que ésta idea esté tan extendida.
Socialmente es aceptado que los niños pasen por distintas manos y hogares a lo
largo del día. De la escuela infantil a casa de un familiar, de casa de un
familiar a casa de un amigo y así infinidad de fórmulas para evitar que ese
menor se quede desprotegido mientras sus padres, los dos, se encuentran
cumpliendo con su jornada laboral, compensando esta carencia con un "tiempo de calidad". Sorprende que no se trabaje
concienzudamente en regular los horarios de manera que se anulara la opción por
sí misma de que un niño o niña se pudiera encontrar desatendido, que dicha
situación no tuviera siquiera cabida.
Pensar en una sociedad que no escucha estas necesidades me
produce una de las tristezas más profundas. Parece que bajo el lema: “Saldremos
adelante” todo está permitido y continuar apartando la mirada hace cómplice al
que no le afecte directamente la situación.
No deseo dejar de trabajar. Ya aparqué mi faceta profesional
durante más de 2 años para sumergirme en la crianza presente y ahora estoy
viviendo las consecuencias de dicha decisión en el terreno laboral, aparte del
tema económico, al perder la posición profesional, al tener que comenzar de cero
en un muevo sector ajeno a mi carrera y desconocido para mí hasta el momento.
Hay quién desea verlo como una oportunidad y así lo asumo, pero si lo pienso
fríamente no deberían suceder este tipo de cosas. No me desagrada mi trabajo, trato
de desempeñar con amor y dedicación cada cosa que me propongo porque tengo la
convicción de que eso, directa o indirectamente, aporta luz a mi vida.
La solución no está en renunciar a todo aquello que se ha
logrado o en regresar uno de los dos al hogar. La solución se encuentra en
hacernos entre todos responsables de esta realidad. Hacer la maternidad y
paternidad visibles, dar cabida a los niños socialmente y respetar la infancia.
Respetar, a la vez, la necesidad de muchas madres y padres cuyo instinto les
frena a ceder el cuidado de sus hijos a terceras personas con tan sólo 16 semanas
de vida y de contentarse con un “tiempo de calidad” más allá.
Por esto mi deseo habla de un tiempo que parte de la
cantidad para cultivar la calidad. De horarios compatibles con la infancia
para, al menos, un miembro de la familia. De cambiar el “presentismo” por el
trabajo por objetivos. De fomentar el teletrabajo siempre que las condiciones
laborales sean favorables a ello. De defender a la mujer embarazada cuyo puesto
de trabajo peligra o sufre moving
laboral. De defender al padre que desea formar parte activa en el círculo de
crianza. De ser más humanos y menos robots. De abrazar la infancia y
protegernos unos a otros.
Pues estoy totalmente de acuerdo en el 90% de tu post. Creo firmemente que una sociedad que no prioriza que los padres (notese que digo padres, no solo madres)eduquen, cuiden y mimen a sus hijos, es una sociedad como la que tenemos: con unos valores humanos bajo mínimos. Pero mi 10% de desacuerdo está en lo que tu no crees: el tiempo de calidad. Para mi, no es que se pueda substituir las horas que faltas, no, no es eso, pero cuando veo a madres que "están" pero nunca interactuan con sus hijos, no leen un cuento, no les bañan con mimo, no juegan en el parque sólo "vigilan" pues para mi que les den horas... eso no te deja huella.
ResponderEliminarPero claro, es una opinión. Lo de conciliación laboral ya es un grito al que me uno.
Un beso!
Hola Kira! Qué alegría encontrarte por aquí, muchas gracias por pasar! Tienes razón en lo que puntualizas, al igual que el tiempo de calidad no justifica el pasar poco tiempo junto a los hijos, tampoco lo hace el pasarlo en gran cantidad y poco interés, evidentemente. Cuando afirmo que no creo en el tiempo de calidad es que no acepto la idea social de que es suficiente con ello y de ahí se continúen extendiendo la jornadas laborales, no se respeten las pocas medidas conciliadoras de las que disponemos y finalmente quién no sigue el patrón extendido sea tachada/o de bicho verde. Lógicamente cada familia y cada individuo debe ajustar su tiempo libre y su familia como mejor convenga.
EliminarYo apuesto por la cantidad para poder cultivar la calidad! Muchos besos
Hoy me levanté en la misma parte del ciclo en la que quiero conseguir la solución al sistema y poder criar a mi hijo al tiempo que trabajo... Siento que pasando tantas horas fuera nos perdemos demasiado el uno del otro.... El está maravillosamente cuidado, su papá pasa mas tiempo con el que yo, pero yo quiero satisfacer sus necesidades de mi, quiero estar en primera fila para ver cada unos de sus naturales actos... Este post es afin a mis necesidades...
ResponderEliminarHola mi mejor diseño! Esa sensación la tenemos muchas mujeres, incluso habiendo pasado muchas horas junto a nuestros hijos sin descanso. El ritmo laboral, aun el que no es abusivo, resulta generalmente incompatible con la crianza. Sigamos soñando y trabajando!
EliminarMuchas gracias por asomarte y compartir tu experiencia!
Querida Colo es un post genial. Quizás el problema sean los negreros que hay. Yo he llegado a trabajar más de 50 horas a la semana, he salido a las 3 de la mañana por terminar el trabajo de otros compañeros, etc. Lo peor de todo es que yo podía hacer mi trabajo perfectamente de 8 a 3, pero como era eficiente me cargaban con más y más trabajo hasta que ya no podía más. Entonces no tenía vida ni hijos. Lo más irónico de todo es que los países donde se trabajan menos horas las personas son más productivas.
ResponderEliminarAhora pienso que nunca aceptaría un trabajo que me impidiese estar con mi hija por las tardes porque es demasiado elevado el precio. No hay dinero que pague el ver a mi hija crecer, disfrutar de ella.
Un abrazo enorme
Querida Marián, cómo lamento la situación que compartes... te abrazo por ello! Me siento identificada contigo aunque tampoco me he visto en esa situación desde que tengo a la Cereza. Pero sí conozco la sensación de estar sobresaturada y sentirme poco valorada a la vez. Sé que de fondo hay mucho trabajo conmigo misma a ese respecto porque el principal cambio de actitud y visión soy consciente de que debe brotar de mí.
EliminarYo también pensaba que no podría aceptar nada que a ella la volviera loca de un lado para otro, no sólo la cantidad de tiempo que nos roba juntas... pero la necesidad ya apretaba más de la cuenta... Es tristemente indignante!
Muchos besos y ánimo preciosa, algo mágico nos espera ahí fuera, tarde o temprano!!
A mi solo me queda el "tiempo de calidad", porque debo dedicar a mi trabajo más horas de las que querría...Como me gustaría poder trabajar menos...
ResponderEliminarUn besote.
Ánimo, Mo!! Vamos a concentrarnos mucho en que las cosas pueden cambiar y así lo harán!!!
EliminarMillones de besos
Con mis dos hijos mayores he sufrido las consecuencias (en su adolescencia) de haber pasado tantas horas separada de ellos por el trabajo (y eso que iban al mismo colegio donde yo trabajaba y las horas que pasábamos juntos, fuera de horario escolar, eran de calidad pues las aprovechábamos al máximo) y del ritmo estresante de horarios y prisas en el que nos veíamos obligados a vivir; por ello y, atendiendo a que de los errores se aprende, pedí la excedencia para poder dedicarme plenamente a los dos pequeños y tratar de hacerlo mejor pues, entre otras cosas, el hecho de que Daniel y Saül tuvieran tantos referentes diferentes en mi ausecia los destirotó mucho a nivel psicològico (como a tant@s otr@s niñ@s), creándoles muchas inseguridades, dudas, confusiones y miedos que afloraron, sobretodo, en su pre-adolescencia y posterior adolescencia. Dedicarme 100% a mis cuatro hijos, es y ha sido muy positivo para ellos y para mi también. Es lo mejor que he podido hacer (Y más en mi situación) y la prueba de ello está en los resultados obtenidos pues una correcta educación en valores, dentro del tipo de sociedad competitiva y consumista en la que vivimos, no es posible sin una dedicación didàctica, amorosa, plena y, prácticamente, absoluta hacia los hij@s! ;) Besos sinceros!
ResponderEliminarAquí una afortunada que puede pasar cantidad de tiempo de calidad con sus peques, eso si, un poco a costa de la economía familiar. Espero poder aportar algún ingresillo trabajando desde casa pero lo primordial es que puedo estar con ellos. Ojalá hubiese más ayudas para todas esas mujeres que desean estar con sus hijos, debería poder ser una opción.
ResponderEliminarGracias, como siempre, por tus palabras.
Besos!
¿Qué te voy a decir? Pues que estoy totalmente de acuerdo contigo. Como dices debemos proteger la infancia.
ResponderEliminarYo que he conseguido sacar algo trabajando desde casa te puedo decir que no lo cambio por nada, pero que implica hacer malabares para poder llegar a todo. Y aunque mi hija es lo primero, en ocasiones cuesta organizarse.
Un abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPerdona que comente menos que antes en tu blog, ando muy liada últimamente aunque procuro estar al día. Me he sentido muy reflejada en lo que has escrito, yo comparto el día a día de mi hija desde hace casi 4 años y por supuesto no todo el tiempo que paso a su lado es de calidad, es inevitable. Pero a pesar de todo, la cantidad termina compensando.
ResponderEliminarMucho ánimo y adelante! besos.