Habiba. Durante días nos hemos sentido identificadas con esta madre, compartiendo su dolor, su entrega y su lucha por reencontrarse con su hija, por criarla a su modo, por acunarla y amamantarla sin tiempo, horarios, ni más orden que su instinto y su sentido común. Nos hemos hecho una sola madre extendiéndonos la mano unas a otras, una Gran Madre llena de fuerza y amor.
Alma. Todas hemos querido mirarla, susurrarle, explicarle que no está sola, que todo se arreglará. Permitirnos abrazarla, arroparla, acompañarla en su desconcierto. Todas la hemos acunado desde nuestro corazón estos días y estas noches.
Hoy todas hablamos de ellas, todas nos sentimos más Habiba que nunca y todas reconocemos mejor a Alma en los ojos de nuestros bebés. También yo quería aportar mi granito de arena. Porque hoy siento su alegría, su emoción, su calor, el latido de sus corazones próximos, la complicidad, las nanas y la urgencia por recuperar el tiempo perdido. Y digo que hoy me siento más cerca de ellas porque podemos, al fin, disfrutar todas juntas de estos momentos de AMOR que desde la intimidad de cada hogar se unen en un sentimiento común capaz de romper barreras.
que bonita entrada! no dejo de pensar en como habrá sido este tiempo, si habrán tenido tiempo de recuperar su intimidad robada y disfrutar la una de la otra...
ResponderEliminarGracias! yo también llevo todo el día pensando en ellas con una sonrisa. Qué bonita noche habrán pasado, verdad?
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