Don Dinero es Don Poder y Don Poder no desea otra cosa que poseer. Ansía tener más, abarcar más, ser más. Y así, se va engrosando su arca, sus dominios, su alma. Se sabe poderoso, con la llave que abre casi todas la puertas. Hay veces que lo pienso y deseo no alcanzar nunca cierto poder, un poder verdaderamente considerado y reconocido, porque temo que en esa circunstancia algo en mi naturaleza humana me haga mutar, bien por presión o por un cambio radical de perspectiva. Siento que todo aquel que alcanza un grado considerable de poder se acaba corrompiendo o cediendo hacia otras fuerzas.
Todos sentimos el deseo de poseer algo en mayor o menor medida. Hay quién se conforma con poco y hay a quién nada parece llenar. Si nos detenemos a plantearnos el estado actual de muchas de las situaciones reales que se viven, al menos a mí, me parecen de ciencia a ficción.
Poco a poco hemos ido otorgando un valor loco y desmesurado al dinero, no sólo a lo que el dinero es, vestido de sustento, hogar, estatus... sino a su representación más mínima. Todo ha quedado reducido a un papel, a unas monedas sin valor en si, a unos números suspendidos en la nada. Es de lo más abstracto.
Y este universo irreal, que entre todos alimentamos y construimos, se ha convertido en un monstruo demoledor, egoísta y hambriento. En algo tan grande y enredado que se escapa a mi comprensión. Hemos definido de este modo la ley del más fuerte, dejando así que los más débiles, aquellos con menos recursos, pierdan facultades, se adapten si pueden, pierdan el juicio o en la más cruda de sus manifestaciones, enfermen y perezcan. Es nuestra manera “sutil” de depredar.
Hace un par de noches, en uno de los desvelos con la pequeña en brazos, me asaltó un pensamiento que me mantuvo despierta un rato aunque ella reconciliara el sueño. Había olvidado algo importante, algo que pertenece a este mundo práctico. Y en mi preocupación, encontré la calma al racionalizar lo realmente absurdo que era. Cómo personas reales, palpables, dentro de nuestra inteligencia, podemos llegar a perder el sueño, la alegría y la esperanza frente a esta locura engranada y escalada sin medida. Traté de imaginar un mundo si él, sin dinero, imaginar que se evaporase, que se olvidara. Ni siquiera pude, no me alcanzó la imaginación, debe tener también las alas atadas. Y tomando conciencia de lo paradójico de esta situación que cuento, agradecí lo que tengo, lo que pienso y siento, lo que soy. Y volví a dormirme con una triste sonrisa.
En este mundo capitalista parece que el que no tiene no es nada.
ResponderEliminarPero yo creo que quien valora lo que tiene, lo importante, sin estar siempre en busca de mas y más es quien relamente es feliz.
Sería bonito volver al trueque, he oido que a veces hay mercadillos así, pero siempre me entero tarde.
Buen fin de semana.
Besitos
A mi me encanta la frase: "No es mas rico quien mas tiene...Sino el que menos necesita".
ResponderEliminarPero si...Yo también intente el ejercicio de imaginar un mundo sin dinero...Y tampoco pude :(
Colo, comparto lo que dices al 100%. Un mundo sin dinero seria muy diferente a este en el que vivímos porque este se basa únicamente en el Poderoso Señor. A mi me gusta mucho el trueque.. tenía que recobrar mas fuerza. Pero os dais cuenta de todo el circo montado alrededor del dinero? Bancos, aseguradoras, prestamistas, economistas, la Bolsa, compradores de deudas, Sgae, .. y no importaría tanto esta farsa si no fuera porque hay gente, mucha gente que se muere de hambre porque no tiene dinero, o que mueren de frío porque no tienen un techo donde cobijarse, o gente que se encuentra excluida del grupo humano al que pertenece y se le despoja de dignidad.. solo porque no tienen dinero. Es de locos. A que hemos llegado? Y lo peor es que las señales recibidas no se atienden, las varias crisis q va habiendo y nada cambia! Ayer mismo recibía una carta de mi caja de ahorros ofreciendo 2000 € de crédito! No me lo podía creer, pensé "ya estamos otra vez? Es que no hemos aprendido nada?". Creo que es trabajo individual no alimentar esta rueda que nos come a todos y pensar que es lo importante en esta vida.
ResponderEliminarAy Colo, perdona por la chapa pero soy sensible a este tema.
Un beso enorme!
Carol, es cierto que valorando lo que tienes te sientes feliz. Sin embargo, también es fácil sentirse frustrado por la carencia, por no seguir el ritmo de necesidades, casi siempre creadas.
ResponderEliminarEl trueque me gusta, en alguna ocasión lo he puesto en práctica entre amigos y pensé en él la otra noche pero no era capaz de concebir este mundo sólo viviendo del trueque, a cualquier edad... no me alcanzó la fantasía creo.
Gracias por estar siempre ahí, feliz fin de semana también! Besos
Bren, estoy contigo, auqnue no siempre es fácil darse cuenta de lo que necesitas. A veces, precisamente es al revés, cuando te encuentras más limitado es cuándo te das cuenta de lo poco que se necesita realmente.
ResponderEliminarGracias por tu visita y tu comentario! Besos
Carol, bella, de chapa nada! Al contrario, te lo agradezco porque siento que tu comentario complementa perfectamente lo que trato de transmitir.
ResponderEliminarEs la perplejidad ante los caminos que tomamos. No sólo cómo nos vamos limitando por los recortes en nuestra calidad de vida, que nos colocan por encima o por debajo según este rasero, sino por las miradas que se desvían, las condiciones de vida para muchísima gente. Es la ley de nuestra selva actual.
Como le decía a Carol (Minerva), en alguna ocasión practiqué el trueque y fue agradable. Ahora la verdad es que no sabría cómo ganarme la vida así, qué ofrecer.
En mi intención por querer entender que se hace un intercambio más allá de las monedas, el papel o los números, trato de gastar allá dónde reciba algo más que lo que pago, en condición y calor humano quiero decir. No me importa si tengo que dar más rodeo o si debo administrarme de otro modo. Pero hace tiempo que decidí que si encima de tener poco tengo que dejarlo dónde no me siento a gusto, esto ya sí que no tenía ni pies ni cabeza.
Te agradezco mucho tu sensibilidad y comprensión. Besos!
Vaya temazo que has sacado hoy Coco!
ResponderEliminarComo tú dices, no es en si el dinero sino lo que creemos que nos asegura. Si te paras a mirarlo es todo una gran mentira, el tema es que estamos tan ocupados ganando para consumir que no tenemos tiempo de pensar…
Creo que por el simple hecho de criar a nuestros hijos como lo hacemos ya estamos empezando a minar el sistema. Dejar de trabajar para dar amor y tiempo, también implica menos dinero para comprar cosas que ¿a que tampoco echamos tanto de menos? Colechar y no comprar cuna, amamantar y no comprar formula, portear, pasar las ropas y los juguetes que no necesitamos a otras mamis, desconectar la tele, consumir alimentos orgánicos… son pequeñas cosas… muchas pequeñas cosas… que al final cambiarán la conciencia, al menos las de nuestr@s hij@s ;-)
Abrazos zeitgeist!
El dinero en si no es el peligro, es la condición humana en cuanto a codicia se refiere... Vivir bien es bueno, facilita el bienestar, pero sin perder los valores del alma, esos no se pueden comprar. Buen post.
ResponderEliminarVivimos en una sociedad carente de valores con contenido y que adora la superficialidad y que busca la satisfacción inmediata y sin esfuerzo. Hay que volver a los valores tradicionales, sé que es difícil, desde todas partes se nos bombardea con necesidades que no son tales, el ser humano no es feliz sino alcanza cierta trascendencia. A ver qué futuro dejamos a nuestros hijos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo!
MaGiA, muchas gracias! Nunca he sido una persona demasiado consumista y con los años cada vez menos, me da hasta pereza ya. Lo que sí es totalmente cierto es que al decidir dejar de trabajar para dedicarme a mi hija un tiempo y comenzar a ajustarnos a la nueva situación nos hemos dado cuenta de que realmente no se precisa gran cosa.
ResponderEliminarOjalá con esos pequeños gestos que hacemos algo se mueva, por pequeño que sea. Al menos, nos sirve para sentirnos bien viviendo a nuestro modo.
Miles de besos
Kira, eso es precisamente, por eso comentaba qeu no desaría verme jamás en una situación de gran poder, porque temo que algo se tuerza en mí, sin tentar los valores del alma como tú bien dices. Gracias por tus visitas, siempre me encantan! Un beso
ResponderEliminarMAría, a mí también me apena que se siga valorando mucho más los resultados que el esfuerzo. Entiendo que de este modo es fácil sentirse frustrado y creer que lo importante es atajar. Eso es algo que me encantaría que cambiase en este mundo que le dejamos a nuestros hijos! Gracias por tu comentario! Besos
ResponderEliminarTeniendo más o menos 6 años, le pregunté a mi padre para que servía el dinero, y si no sería más fácil que directamente prescindiéramos de él. Me preguntó entonces como compraríamos cosas y yo le contesté que con un simple "Gracias". Puede que fuera ridículo, pero cuando veo la situación actual, no puedo evitar pensar, de nuevo, lo fácil que sería todo.. Soñar es gratis, no?
ResponderEliminarEl dinero no sirve para comprar nada que sea importante de verdad, pero cuando no lo necesitas eres más libre para hacer lo que quieres.
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