Uno, dos, tres, cuatro... ¿Puedes oírlos? Son mis pasos.
Al caminar resonamos, vibra nuestro cuerpo, cruje el suelo
que pisamos para poder acoplarnos, para acoger la huella, aunque nos parezca
imperceptible. Y pienso que todo movimiento nunca es en el balde, que no hay
pasos pequeños ni grandes, que prefiero olvidar esas medidas. Que no llega
antes quien corre más, o al menos, no por ser rápido. Que cada cual debe elegir
su ritmo, sin dudar de sus facultades, de su debilidad, su carácter o sus ideas.
Sin sentirse intimidado. Sin dudar, en definitiva, de su elección libre, porque
allí es dónde le llevarán sus pasos, oscilantes pero fieles.
Pienso en la idea de no mirar atrás, de querer vivir lo más presente
posible o de proyectarse al futuro. Pero ¿Qué ocurre cuando se necesita ir
hacia atrás? ¿Debe considerarse un error, un estancamiento, un mal paso? ¿Debemos
sentirnos avergonzados por retroceder, sentir que se ha perdido una batalla?...
Y yo me preguntó ¿Es que acaso sólo hay una forma de
avanzar? ¿Acaso al volver hacia atrás estás caminando de espaldas, desorientada
y perdiendo el equilibrio?
Diría que no, que cuando se precisa volver a recorrer el
mismo camino, no importa si una o mil veces, es porque algo no se ha resuelto en
el trayecto, porque ese sendero nos atrapa especialmente o porque deseamos
regresar al punto de partida.
Diría que, entonces, es lógico frenarse, recapacitar, saltar
un muro y rotar 180º para caminar en el sentido opuesto. A pesar de las voces,
a pesar de la ideas que nos indican que la vida se escapa en la otra dirección,
que estamos equivocados aún antes de comprender que algo nos mantiene ahí y que
es nuestra elección. Porque al opinar sin prestar gran atención, es sencillo
poner piedras, atajos o señales en un camino que no nos pertenece.
Confieso que en ocasiones emprendí rutas que no llevaban mi
nombre porque alguien me hizo entender que así era y, ahora, necesito
retroceder, no ya en el tiempo, sino sobre mis propios pasos para
comprenderlos. Confío en que así la siguiente zancada sea más larga y ágil y me
sitúe más allá de lo que esas huellas, ordenadas y engranadas que dejaba, me
hubieran colocado nunca. Si me equivoco nada ocurre, porque será avanzar
también, siempre que sea capaz de encajarlo por mí misma, sin cubrirme con
lecciones ajenas, recordando que sólo mis pasos me hacen dueña de mi vida y
consecuente con ella.
Me ha encantado.
ResponderEliminarA veces parece que el volver atrás es malo o perdemos el tiempo, pero como dices en ocasiones en necesario para resolver lo que nos habíamos dejado pendiente.
Lo importante es no quedarnos estancados y seguir caminando.
Un besazo
"Y yo me preguntó ¿Es que acaso sólo hay una forma de avanzar?" y añado...Es que acaso sólo hay una forma de vivir, de sentir, de amar? Quizá sea que todos pensamos en un camino en línea recta, cuando la vida te mueve casi siempre en círculos, como en una espiral...
ResponderEliminarSiempre logras hacerme reflexionar...Gracias miles por este post Colo...
ResponderEliminarNo hago mas que dibujar espirales.Es cierto que nos dejamos guiar en linea recta de esas que se hacen con reglas y sin manchar de lapicero la hoja.Pero a mi me gustan mas las espirales, en ellas no se retrocede si no que se anda de nuevo el camino para sentir y aprender cosas nuevas.
ResponderEliminarLos bebés, los niños lo hacen muy bien: antes de dar un paso adelante dan dos hacia atrás, vuelven a mamá como cuando bebés, vuelven a la teta como hacía tiempo, pillan convicción y seguridad y cuando se han LLENADO se lanzan hacia adelante. El problema es que muchos adultos que no hemos podido volver a "llenarnos de mamá" lo suficiente, debemos buscar rutas alternativas, también más que válidas. Ve hacia recto, atrás, adelante, con curvas o en espiral... Pero ve hacia donde te diga el corazón. Un beso.
ResponderEliminarYo no creo en los pasos atrás sino en pasos para coger impulso o para recapacitar sobre algo que nos permita corregir un paso o darlo mejor la próxima vez
ResponderEliminarCarol, muchas gracias. Siento que me has comprendido a la perfección. Qué más da desear llevar algo a cabo a pesar de que el resto del mundo dicte que tomaste ya otro camino... peor sería continuar para acabar estancándote... hay que caminar para sentirse vivo! Muchas gracias por tu cariño, un fuerte abrazo
ResponderEliminarMousikh, soy una enamorada de los círculos, me encantan, con su geometría perfecta. Quizá sea porque también vivo un poco así. Mi sensación no se refiere tanto a la forma del movimiento, aunque también es fácil sentirse cuestionado si no se sigue la línea recta o se siente, o se vive, así como tú apuntabas. Mis sensaciones van más encaminadas hacia la dirección en que lo haces.
ResponderEliminarGracias por tu aportación :) Un gran beso preciosa
Bren, qué bonito lo que me dices, es todo un honor. Tal vez andamos atravesando un momento similar? Millones de besos linda!
ResponderEliminarMarta LaAnjana, me ha encantado cómo lo has expresado, ese no manchar siquiera el espacio que nos rodea, gracias por compartir esta hermosa reflexión.
ResponderEliminarComo le explicaba a Mousikh, mi sensación no es tanto la de avanzar a mi manera sino la de desprenderme del lastre que supone retroceder a conciencia, regresar a un punto para tomar otra dirección.
Muchísimas gracias por tu comentario. Un gran abrazo!
Míriam, reconozco esa escena que describes a la perfección. Es algo que se nota, como mi hija desea esa toma de contacto antes de seguir conociendo el entorno, especialmente cuando se encuentra fuera de un ámbito conocido. Creo que es importante ofrecerle mi pecho sin juzgar, pero este ya es otro tema.
ResponderEliminarEn cuanto a mí, tal vez no me llené lo suficiente en su momento. Allá voy, con el corazón.
Gracias por tu comentario. Abrazos!
Silvia, gracias, lo importante es ser consciente y decidido para tomar tus propios pasos. Y también consecuente con estas decisiones. Gracias por tus palabras, un gran abrazo
ResponderEliminarColo, veo esto como tu. Hay mil y una razones por las que el camino se desvía de la línea recta y no es necesariamente negativo. Siempre es bueno hacer una reflexión cuando nos hacemos conscientes de por donde nos llevan nuestros pies, como tu estas haciendo ahora.
ResponderEliminarQue bonito nos lo has contado! Disfruta del camino! Un besín cariñoso!
Volver a recorrer el camino con nuevos ojos, apreciar las diferencias entre lo que encontraste la primera vez y lo que ves ahora con una experiencia ya vivida... ¿no te sucede que la segunda vez que acudes a un lugar ves los pequeños detalles que la primera vez se perdieron en la novedad? ;-)
ResponderEliminarPuedes bañarte dos veces en el mismo río, pero nunca en el mismo agua!
Abrazos re-paso
Precioso texto Colo, y cierto desde la primera palabra hasta la última. Además, no hay nada más bonito que recorrer un camino varias veces para acabar descubriendo porqué no conseguías salir de él, es como si de repente el universo te desvelara un secreto.
ResponderEliminarMuchos besos!
Carol, últimamente me planteo ciertas cosas y esto me supone un ir y venir constante. A ver qué atajo loco decido tomar... Gracias por tu compañía en el camino :)
ResponderEliminarMaGiA, qué bonita tu aportación, gracias! Aunque mi intención es regresar para tomar un camino distinto prometo chapotear en se mismo río a tu salud! Gran abrazo
ResponderEliminarDrew, espero desvelar ese secretito del universo... Gracias por estar ahí, me encanta sentirte cerquita! Besos
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