lunes, 20 de febrero de 2012

Los niños comparten

Nadie duda que no lo hagan... o sí? Los niños, como los adultos, comparten. 

A mí lo que me asombra, en realidad, es la creencia de que hay que enseñarles a hacerlo o no sabrán. No es que no me parezca adecuado, por supuesto cada cual puede encontrar más o menos urgentes estas normas de cortesía. Pero me intriga el hecho de cargar con esta responsabilidad, porque en el fondo entiendo que el acto en sí es difícil de enseñar. 

Compartir sale solo. Brota de nosotros, seres humanos, grandes o pequeños, por el simple hecho de disfrutar de algo en un determinado momento y contar con la compañía deseada . O incluso sin contar con dicha presencia, nos puede bastar un estímulo para evocar a una persona en nuestra mente y desear compartirlo con ella.  ¿O acaso nunca has dado a probar de tu plato a alguien, ofrecerle el aroma de una flor o compartir una imagen o una canción, incluso salvando distancias?

Compartimos porque es algo innato en nosotros y va ligado a nuestras emociones. También compartimos nuestro enojo y malas pulgas, aunque no nos guste tanto reconocerlo y también solemos hacerlo cuando nos sentimos más en confianza, qué curioso, aunque la cosa no vaya directamente con ellos.

En nuestro día a día procuramos no empujar a la Cereza a prestar o compartir sus cosas si no muestra predisposición a ello. Le preguntamos si le apetece jugar con tal o cual pero ahí queda todo. Confiamos en que ya habrá tiempo para caer en el hacer las cosas porque es lo que toca y que ahora, aún tan pequeñita, puede escaparse de estos formalismos que tarde o temprano la alcanzarán.  Además creemos que de este modo ella puede tener control de sus objetos, que por poco importantes que a nuestros ojos parezcan un gorila naranja, un puzzle de un cangrejo o un tupper de cocina, son sus cositas y probablemente para ella tienen otro valor.

Pero ante todo, mi lectura de sus actos, no es que no comparta. De hecho se esfuerza porque juegues con ella, porque coloquemos juntas cada pieza de ese puzzle haciendo ruidos de cangrejo y caminando hacia atrás mientras unimos el pulgar con el resto de la mano para simular unas pinzas. Se esfuerza porque veas el garabato tan fantástico que ha pintado en su libro o sus zapatos y ofrecerte sus ceras. Se esfuerza por cubrirnos, hasta las orejas, con su propia manta. Y se esfuerza también por introducir su tenedor en tu garganta para ofrecerte su comida. Y hablo de un esfuerzo alegre, de verdadera entrega, sin sentir renuncia. Ignoro cómo será la situación cuando el día de mañana conviva con un hermano/a, qué roles adquirirán... pero me relajo pensando que llegado el momento será cuestión de observar bien antes de intervenir.

Comparte, sí, pero lo hace con quién quiere y cuando le sale de dentro. Como nosotros. ¿O no recodáis colocar los pulgares en el bocadillo para evitar que se llevaran gran parte de vuestra merienda? A eso, siendo sincera, no puedo llamarlo compartir. O cuando tiendes las cosas con el codo flexionado y la boca pequeña. Eso, siendo francos, tampoco es exactamente compartir. Eso es ofrecer y ceder, con mayor o menor desgana, y a eso es a lo que nos vamos acostumbrando. Lo reconozco, a mí también me ocurre, me resulta extraño cuando alguien no ofrece algo por mera cortesía. Y al final nos amoldamos a ofrecer sin desear hacerlo y a no aceptar deseando tomar una pequeña parte.

No digo que me parezca mal inculcar a los niños que deben compartir, aunque entiendo más real demostrar con nuestros actos que es hermoso hacerlo y, en todo caso, sería cuestión de meditar cómo se lleva a cabo este aprendizaje, porque estoy segura que hay múltiples maneras. Mi idea es que no encuentro necesario enseñarles a hacerlo en su más puro sentido, igual que a comer o a dormir. Diferente es el querer que lo hagan de una determinada manera, ahí sí se requiere mostrar unas pautas, pero serán pautas en función de nuestros deseos no de su capacidad para llevarlo a cabo. 

Lo que trato de expresar es que me parece poco sincero que hablemos de niños egoístas, que no comparten, puesto que puedo comprobarlo día a día en mi hija y supongo que no será un caso único. Comparte cuando conecta con alguien y se la deja conectar sin prisas. Comparte lo que quiere y cuando quiere porque no le preocupa lo más mínimo aún lo que puedan pensar los demás. Sencillamente siente y actúa, y esa es la magia de los niños que muchas veces los adultos, en secreto, envidiamos. La magia que nos esforzamos en enmascarar aún escondiendo nuestros verdaderos deseos.



37 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo contigo. Es más, opino, como much@s, que nuestr@s hij@s aprenden con el ejmplo, no hay duda.

    A mí me asombra cómo muchas veces Aisha desborda generosidad, como tú dices, ofreciéndonos su comida, o incluso su "sagrado" chupete para dormir.

    Y cuando observo que, por ejemplo en el parque, no se muestra tan generosa, recuerdo unas palabras que leí de Carlos González, que venían más o menos a decir así (no lo recuerdo exactamente): si tú, madre o padre, no prestarías tan fácilmente tu coche a un desconocido o no permitirías que rebuscasen en tu bolso, ¿por qué pretendemos que nuestr@s niñ@s sí lo hagan con objetos que ell@s consideran igual de valiosos?

    La coherencia entre lo que hacemos y lo que pretendemos educar debe ser imprescindible en una crianza sana y sincera, creo yo.

    También creo, que muchas veces "obligamos" a nuestr@s hij@s a compartir por el "qué dirán/pensarán"; cosa absurda, lo reconozco.

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    1. Hola Cristina, estoy contigo, nuestra coherencia y el ejemplo son sin duda sus mejores lecciones. Recuerdo ese fragmento del libro de Carlos González porque es muy claro en este aspecto. Hay quién puede percibirlo así y quién no aprecia más que juguetes sin mayor importancia.
      Gracias por tu visita y por compartir tu visión. Un abrazo!

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  2. Cocolina, me encanta lo que has escrito porque es algo que siempre he pensado. Se exige mucho más a los niños que a los adultos a la hora de compartir. No sé si me equivoco pero no la obligo a compartir sus cosas, le pregunto si quiere pero dejo que sea ella la que lo decida.
    Un abrazo fuerte y gracias por una entrada tan coherente!!

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    1. Gracias Marián, a mí a veces también me alcanza esa duda, no sólo en este aspecto si no en muchos otros. Pensar ¿estaré haciéndolo bien dejándola a su aire? Pero es extraño que las dudas aparecen cuando me encuentro en un ambiente, en cierto modo, hostil ante esta actitud porque pasado ese rato, las dudas se disipan por completo. Muchas veces no hace falta más que observar cómo se desenvuelven nuestras hijas cuando están relajadas y en confianza. Un gran abrazo

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  3. Yo también pienso como tú...

    Los niños por naturaleza son buenos. Saben relacionarse y son generosos.

    ¡Muchos besos!

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    1. Dulce chica de las Flores! Cierto, estamos tan acostumbrados a ciertas conductas como adultos que nos dedicamos a cuestionar a los niños antes de tiempo :) Besitos y gracias por pasar

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  4. Me han encantado tus reflexiones y las comparto ;)
    Compartir es como dar las gracias o pedir perdón, comportamientos que los niños tardan en interiorizar y hacer suyos pero que a veces acuciados por la sociedad nos vemos obligados a que los realicen de una determinada manera, más hipócrita por así decir y que no conviene para nada. Te irás dando cuenta que esto es sumamente complicado pues la mayoría de los padres fuerzan estos gestos consiguiendo efectos rápidos pero vacíos de contenido y eso sé, se quedan tan anchos.
    Muy bonito post Cocolina, gracias!

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    1. María, gracias, qué comentario más lúcido! Con el tema de dar las gracias o pedir perdón es lo mismo y, sin embargo, ellos solos, sintiendo y observando van relacionando las palabras con las emociones y situaciones y lo ponen en práctica. Pero el hecho de conocer el sentimiento y buscar acercamiento ya está ahí, yo lo veo en la Cereza. Aún no dice "perdón" pero se sabe acercar y trasmitírtelo a su manera.
      Mil besos, María

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  5. Muy de acuerdo Cocolina, tanta prisa por encorsetar a los niños en un molde de hipocresía no debe ser bueno. Pero hay una cosa, Marco es pequeño (16 meses) y aún no se socializa como tal, pero a veces se acerca a sus primos que son mayores y no le dejan participar en sus juegos, le dan la espalda y no le prestan juguetes; a él no parece importarle demasiado, se da la vuelta y busca otro objetivo, pero a mi me da penita; se que es mas problema mío que suyo, pero no lo puedo evitar. Espero que todo llegue y que jueguen juntos, de verdad, compartiendo de corazón.
    Gracias por tu reflexión

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    1. Preciosa Mamá Corchea, sé lo que expresas porque también lo hemos vivido y lo vivimos cuando entra en relación con otros niños. A veces se encuentra en una postura y otras en la opuesta. Y es cierto que como madres nos gustaría que jugasen todos juntos o que ninguno se viese "desplazado" pero tal vez esa es nuestra percepción y ellos no lo viven así. Confío en que poco a poco ellos mismos irán modificando su forma de relacionarse y la manera de marcar sus límites. Gracias a ti por compartir tu experiencia! Besos

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  6. Como siempre, como mejor aprenden nuestros hijos es con el ejemplo. Y aunque creo que aprenden solos, si por lo que sea queremos enseñarles lo que no podemos hacer es obligarles a compartir algo que no quieren, porque eso no sería compartir.
    Hay un vídeo estupendo, un experimento que hicieron, donde se ven cómo todos los niños comparten por sí mismos.
    Buenísima reflexión.
    Un besazo

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    1. Esa es la sensación que me queda a mí. Si les empujas a compartir algo que no desean no sólo están aprendiendo a ceder sino que deja de ser compartir en sus sentido más bello.
      No sabía de ese vídeo y me encantaría poder verlo! Tienes alguna pista de cómo puedo buscarlo? Gracias preciosa, muchos besos

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  7. Totalmente de acuerdo...Nada más que añadir. Un besote!

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    1. Gracias Mo! Feliz de ponernos tan de acuerdo! Besos

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  8. Por mi parte aplico la máxima de: ¿la prestarías tú a un desconocido tu coche, tu mujer/marido o las llaves de tu casa? Lo dudo. Sólo lo haces a quien quieres y cuando quieres, pues ellos igual.

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    1. Ese es el trasfondo de todo esto... Creo que llegará un momento en el que ellos mismo decidan qué cosas pueden y desean prestar e incluso de cuales desprenderse! Besitos

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  9. Que bonita entrada Colo!!! Me encanta cuando dices que "no le preocupa todavía lo más minimo lo que puedan pensar los demás"
    Cuanta razón tienes. Habría que ver cuantas veces nosotros compartimos por cortesía, por educación pero no por ganas.
    A veces, cuando les compraba algo nuevo a las niñas e iban al parque y algún niño insistía en jugar con ese regalo, yo respetaba la decisión de mi hija porque si a mi no me gusta compartir algo nuevo o no me apetece ¿porque le voy a obligar a ella???
    Ya lo aprenderán. Como muchas otras cosas. Besos

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    1. Sonia, muchas gracias! Qué bonito está resultando compartir contigo tantos puntos de vista en esto de la maternidad :) Creo que ayuda a no sentirnos tan raritas... No te animas a crearte un blog? Estoy segura que tienes mucho que ofrecer y recuerdo que escribías de maravilla! Desde aquí te animo! Un abrazo, guapa

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  10. Mi Amor, como me gusta leerte ! <3
    Estoy totalmente de acuerdo que los niños por naturaleza comparten.
    A mi lo que me hace meditar es por que nosotros la mayoria de las veces compartimos por cortesia o por lo que piensen los demás...porque no nos nace compartir TODO? Por qué no dejo yo mi coche? (que me pasa realmente) Cuando tu compartes, el otro es Feliz y eso nos debería de hacer felices a nosotros...La Felicidad del otro también es nuestra Felicidad... No sé, quizás yo me voy más allá..
    Yo no fuerzo a mis niños a compartir, ni muchisimo menos, pero si les recuerdo la Felicidad del dar y el recibir como algo natural, como algo que nos afecta a todos los Seres.
    Mis niños, entre ellos muchas veces no comparten, desde mi punto de vista también lógico cuando yo con ellos no comparto según que herramientas, por ejemplo ( a pesar de que les explico por qué no lo hago). Y entre ellos ven también el sufrimiento del otro cuando no quieren compartir...
    Gracias cariño por tanto...

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    1. Ay, Paula... cuántas veces he pensado también en esto que comentas y he tratado de ponerlo en práctica. Pero me ha ocurrido que no siempre ha resultado una experiencia positiva y finalmente creo que es algo normal. Quiero decir, tu voluntad de entregar por el bien al otro no va siempre relacionada con el respeto del otro hacia tu gesto o tus objetos. Por eso creo que cuando se trata de algo que apreciamos o necesitamos se acaba imponiendo esa alerta de protección hacia lo nuestro que hace que sólo lo entreguemos verdaderamente tranquilos a determinadas personas. Aunque también es cierto que cuando se dan situaciones de conexión entre gente que apenas se conoce y surgen este tipo de sentimientos, éstos tal vez se guardan en la mente (y el corazón) con más fuerza y por más tiempo que el compartir más cotidiano. No sé, es como si fuesen muestras de algo valioso y real...
      Me encanta cómo "compartes" con tus hijos esta experiencia, a esto me refería con demostrar con nuestros actos que compartir es hermoso. Un beso gigante y gracias a ti por todo lo que me muestras

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    2. Gracias a ti corazón, que me encantan estas reflexiones... Estoy en ello, intentando observar y sentir...siento que esas "necesidades" nuestras van más allá , al igual que lo que esperamos del otro.. y reflexiono e intento sentir si vienen por ejemplo de un miedo, ya sea por nuestras vivencias o por "algo" inconsciente...Sé que hay algo que tiene que venir de nuestro instinto de supervivencia, pero también hay muchas más cosas...Ya te dije que quizás me voy más allá, jejeje.. Y esto intento integrarlo y sentirlo en mi, a mis niños les dejo Ser, pero tampoco olvido que observan comportamientos en nosotros, (en este caso cuando comparto y cuando no lo hago) y por eso cuando sucede intento mostrarles esa belleza, al igual que lo hago interiormente cuando me sucede a mi...Que largo!! Lo siento Colo!! pero me encantan estas reflexiones jajajaja..Besitos!! <3

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    3. Paula, qué maravilla poder charlar sobre esto contigo, gracias! Yo creo que, a veces, efectivamente parten de muchos miedos aprendidos y adquiridos por experiencias propias o por simple observación o costumbre pero también pienso que tiene mucho que ver con el instinto, especialmente cuando se trata de cosas necesarias o asumidas como tales. Es algo que pienso también a la inversa con el tema de compartir, es decir, entiendo que nos resulta "fácil" dejar que nuestro hijos decidan cómo y cuándo compartir sus cosas porque generalmente hablamos de objetos, ropa, su merienda o comida sabiendo que no son imprescindibles para ellos, que no son determinantes para su vida. Si nos encontrásemos en una situación verdaderamente difícil en la que un trozo de alimento fuese más valioso de lo que entendemos (lo es, pero lo vamos olvidando) o un poco de abrigo habría que ver cómo cambiaban los roles a la hora de compartir, tal vez nos sorprendiésemos de cómo somos en realidad, tal vez más generosos de lo que ahora somos o tal vez nos veríamos impulsados a imponer el compartir o no... Qué difícil!
      Yo sí que divago Paula y no cómo tú, que es precioso lo que dices!! Millones de besos preciosa. Feliz y encantada de compartir contigo. Gracias! ♥

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  11. Es la primera vez que leo tu blog, y me has servido de inspiración para la última entrada del mio, gracias por "compartir" tus reflexiones

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    1. Hola Anyta, me alegra haberte inspirado para compartir tus reflexiones sobre este aspecto. Pasaré a leer esa entrada. Gracias!

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  12. Colo totalmente de acuerdo contigo!!! Me ha encantado la frase "comparte cuando conecta con alguien". Por nuestra experiencia ahí está la magia del momento, en esa conexión mágica que se produce entre mi hija y esa otra persona que sin, prisas ni agobios, se para a mirarla a los ojos y a disfrutar de, simplemente, estar ahí con ella.
    Gracias por tu reflexión!!

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    1. Derya, muchas gracias a ti! Es cierto que la conexión esa es importante y no ocurre sólo con los adultos sino mucho más entre los niños, cómo son, es una maravilla observar cómo se relacionan entre ellos! Un beso gigante

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    2. Colo, guapísima!! Te he dejado una medallita en el blog!! Pásate a recogerla!!! Un dulce beso!!!

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    3. Oh, Derya qué ilusión! Muchísimas gracias el detalle, por pensar en mí y por ese dulce beso! Otro besito para ti!

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  13. Ay Colo, das en la diana.. este tema me está creando conflictos últimamente.. y es que vivo situaciones en las que Lara no deja a Joanes su propios juguetes, o no le deja los suyos mientras juega con los de él, Joanes que quiere todo el rato lo que tiene su hermana.. no se si entrar a trapo con lo de esto de tuyo y esto de tu hermano o no.. es que no me gusta hacer mucho enfasis en el tema de la propiedad y menos en casa en el que todo es de todos.. en fin, tengo un jaleo.. a Lara nunca la hemos forzado a compartir siempre la hemos respetado en este tema pero ahora muchas veces siento que para respetar a uno tienes que dejar de respetar al otro.. bueno, ahí ando, buscando el equilibrio entre los dos "polos" jajaja Gracias por este post porque me devuelven un poco la tranquilidad. Algo despierta en mi este "abuso de poder" del que soy espectadora ultimamente. Ains, hablaría largo y tendido sobre todo esto contigo preciosa Colo! Un besazo de los grandes!

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    1. Ay, Carol.. y yo que depositaba mi confianza en que tú me guiaras un poco en este tema! Aunque aún no se vaya a dar el caso es algo que pienso a menudo, lo sencillo que resultan ciertos aspectos con un solo hijo. Cómo haces para respetar a uno sin darle, en cierto modo, la espalda al otro cuando ellos solos parecen no resolverlo y alguno "sufre"? Es difícil, porque al final creo que a todos nos gusta poseer, en mayor o menor medida, y este control de poder sólo lo podemos ejercer si hay alguien que posee en menor grado. Lo vemos y sentimos cada día en el mundo que vivimos y probablemente en nuestra relación con lo que nos rodea y nuestros propios actos (qué horror si lo piensas!). Quizá en el momento que J marque algún límite válido para L comience a equilibrarse o tal vez L interiorice que no tiene mayor importancia que J juegue con sus cosas si ella no las está usando... Ya te digo que divago sin ningún tipo de noción porque sólo vivo así situaciones puntuales y siempre en un espacio en el que o bien la Cereza está fuera de su ámbito, en el suyo propio o en un lugar neutro... Qué difícil cuándo el espacio es común, algunos objetos y hasta nuestra la atención!! Ánimo preciosa, estoy segura que conseguirás que brille esa mirada de madre y lo compartirás con nosotras para que tomemos buena nota :)
      Un abrazo gigante preciosa, cada vez charlamos más, qué bien!

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  14. Tienes razón, Colo, los niños/as comparten por naturaleza y los problemas aparecen cuando los adultos, más competitivos y egoístas marcan a sus hijos/as. Lo digo por la experiencia adquirida en la escuela pues los alumnos/as son el reflejo de lo que reciben en sus hogares y los niños/as más coflictivos que no comparten lo suyo pero cogen lo de los demás como si también fuera de ellos, se limitan a actuar de la misma manera que se actua y se les enseña en sus casas. Si se escuchara más a los niños/as en vez de marcarlos tanto, todo iría mucho mejor (como nos pasa en los hogares donde tenemos esta actitud y respeto hacia las voluntades vitales y la integridad de nuestros/as hijos/as aunque nademos a contracorriente de los padres/madres que imponen y marcan, la mayoría personas muy materialistas y competitivas, que además se permiten cuestionarnos y mirarnos de arriba a abajo!!!!) Educar a los hijos/as es una tarea muy amplia, importantísima y de mucha responsabilidad, pues en función de lo que reciban por parte de los modelos de referencia adultos más inmediatos que tengan, se comportaran de una manera u otra en sus vidas y en su futuro cuando sean ellos/as los adultos)
    Besos sinceros! Me gusta mucho como piensas y como razonas y me relaja mucho leerte!!!!

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    1. Lídia, gracias por tu comentario, la verdad es que esperaba la experiencia de alguna mamá con más de un hijo para saber qué tipo de situaciones se viven entonces. Me alegra que compartas tu visión puesto que es tranquilizadora para quiénes deseamos seguir creyendo que todo puede tener cabida a pesar de que cada niño se encuentre en un ritmo diferente. Estoy contigo en que alimentamos el querer tener y tener y por tanto el poseer y poseer y eso es algo que se transmite a los niños.
      Gracias por tus palabra hacia mí, te devuelvo este cariño con una gran sonrisa! Grandes abrazos

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  15. Hola:
    Que buen post me encontré aquí! Justamente hoy viví una experiencia con mi hijita de 2 años relacionada al compartir. Invitamos a la casa a un compañerito del colegio y a su mamá para que convivieran y compartieran, jugaran, comieran, etc. La verdad no fue muy grata la tarde porque fue una pelea constante entre los niños por la posesión de los juguetes, siendo cuando a veces habían dos ejemplares de lo mismo. Mi hija se estresó mucho y lloraba a mares cuando su amigo tomaba sus cosas, decía permantentemente "es mío, es mío". Yo la reacción que tuve frente a la situación (primera vez que la vivo), fue de explicarle muy tranquila que las cosas eran suyas pero que las estaba compartiendo por un rato con su amiguito. Obvio no entendió nunca eso y los berrinches continuaron. Cuando mi amiga y su hijo se fueron me quedé muy confundida con la experiencia porque me cuestioné mucho si hice bien en propiciar estos encuentros a pesar de que ella se estresó tanto. Es decir, lo que buscaba con la invitación es precisamente fortalecer sus vínculos de amitad y la experiencia de compartir con otro ser ya que no tiene hermanitos por ahora y me preocupa que en su adultez fuera una persona egoísta o posesiva. En fin... creo que lo que concluyo es que seguiré con las invitaciones de amiguitos a la casa, que no la forzaré a compartir (si no quiere) lo que es de ella y valora y al pedirles a las otras mamis que a su vez traigan a la casa cosas de sus hijos, a lo mejor divididos los juguetes, se propicia un intercambio más justo. Qué opinan? Un cordial saludo y felicitaciones por el blog :)

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    1. Hola Carla, gracias por compartir tu experiencia y por tus palabras. La verdad es que no soy ninguna experta en temas de comportamiento infantil, lo que comparto tan sólo son mis impresiones y vivencias como madre por eso agradezco que se genere cierto debate en cuanto a nuestras maneras de afrontar situaciones puesto que considero que así nos arropamos, en cierto modo, unas a otras. En mi opinión los niños van cediendo unos a otros sus cosas en la medida que se sienten cómodos para hacerlo y no lo entienden como una agresión a sus pertenencias. Creo que ellos se relacionan de otro modo, se miran, se aproximan de otra manera, no es la misma relación que se da entre un adulto y un niño. Cierto es que cuando algo les llama la atención no suelen pedirlo si lo tienen a mano pero esto no siempre genera conflictos, dependiendo del momento, del entorno y de los propios niños.
      Si te sigue apeteciendo organizar estos encuentros tal vez sea una buena idea que los niños que os visitan traigan también algunos objetos para no encontrarse fuera de lugar. Si te animas a compartir luego la experiencia te esperamos por aquí!
      Un abrazo y bienvenida

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    2. Muchas gracias por responderme :) Les compartiré resultados en futuras visitas. Un abrazo!

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  16. Una de las frases típicas-tópicas que más odio escuchar en el parque o donde hay un grupo de niños jugando es "hay que compartir!!2 dicho eso sí siempre por alguno de los padres. No me gusta, me parece falsa e injusta. Nosotros cuando vamos al parque SIEMPRE llevamos juguetes, al menos 2, es entrar en el parque y la peque los suelta y va en busca de otros, los otros nenes juegan con los suyos y ella con los de los demás sin necesidad de decirle que "tiene que compartir", hasta ahí todo bien pero cuando el dueño de alguno de los juguetes que tiene Abril lo quiere yo le intento explicar a Abril que hay que devolverle el juguete a ese niño "porque es suyo" y ahora ese crío quiere jugar con él, Abril hay momentos que se enfada pero intetnto distraerla yendo a por otro juguete o jugando a otra cosa, se le pasa rápido, si pones de tu parte y le ayudas no suele durarle casi nada. Pero ahora viene lo que a muchos padres les parece fatal, cuando a Abril le apetece volver a coger su moto (por ejemplo) y ésta la tiene otro nene, nos acercamos y con mucho tacto y cariño le indico al nene que Abril quiere coger su moto, que si nos la puede devolver.

    Yo pienso que los niños en general comparten pero que para ellos, su moto, su balon o su muñeca de turno es su mayor tesoro, para nosotros es una tonteria pero para ellos es lo mas de lo mas, yo no le dejo mi coche a casi nadie y mi movil es algo muy personal, para mi es otro ejemplo de no-escucha a los nenes.

    Menuda chapa he soltado, lo siento. Un besito

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  17. María, de chapa nada que esto se trata de compartir y siempre es un placer tenerte por aquí! Entiendo lo que dices, también observo como se relaciona la Cereza y no suelen crearse conflictos si los dejas hacer a ellos. A mí lo que me tiene intrigada es el compartir entre hermanos, mismos objetos, mismo espacio, misma atención... con los otros niños también la dejo que se desenvuelva ella y es curioso porque lo hacen realmente bien. El otro día precisamente estuvimos un ratito jugando en la playa, hacía un día de lujo, se juntaron 3 niños de edades similares, aunque a esta edad se nota mucho la diferencia. Uno de los niños era un desconocido, se acercó al ver el jolgorio. Comenzaron a jugar cada cual con los juguetitos de playa, a su bola, el niño desconocido se encariñó con una pala de mi hija. Llegó el momento de marcharse ellos y su madre le pidió que se la devolviera, el niño no quería, miraba a mi hija y se agarraba a la pala. La madre se la tomó y se la entregaron a la Cereza quién viendo el disgusto que tenía el niño se la entregó de nuevo de inmediato... A veces ellos tiene una empatía brutal que nos empeñamos en no observar o valorar.
    Ahora la chapa la he metido yo! jajaja Mil besitos María

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