Me echo de menos

En estos días de ausencia...

Me cuesta encontrarme, me siento perdida, dispersa y no me he ido.  Bailan los días y me echo en falta. Extraño mi vitalidad, levantarme activa y contenta a pesar de faltarme descanso y de hacerlo a intervalos. La sencillez con la que resolvía que cada noche se quedaba atrás, con los sueños, y que cada nueva mañana trae de la mano una nueva oportunidad para vivir, para sentir.

Extraño mi paciencia, mi capacidad para medir consecuencias desde la distancia, ganando seguridad y serenidad de este modo. La naturalidad con la que ofrecía la otra mejilla, mi facilidad para pasar página ante las cosas que consideraba banales, para surcar divertida los vasos de agua en los que ahora me ahogo.

Extraño mi dulzura, los besos que sin medir acostumbro a dar y recibir. Los mimos, las caricias y los abrazos, que ligeros escapaban de mis manos, de mi cuerpo, de mi esencia. Mi alocada luz para la entrega. La suavidad en mis gestos, la tibieza en mi mirada. Mi templanza.

Extraño mi humor. Las ocurrencias que son chispas en mi día a día, las frases que no acabo porque me da la risa. Las carcajadas de cascabeles que me hacían resonar.

Extraño mis momentos de distensión, leer, escribir, compartir, conectar… Recargarme de energía con las alegrías y sentimientos de mis amigos. De todos vosotros,  agradecer vuestra presencia sin cruzar nuestras pupilas.

Y aunque sepa que todo esto es pasajero y que son nubes de temporada, no puedo evitar sentirme así e ir sumando pasos en dirección contraria. Se me hace cuesta arriba hasta el medio minuto de mirarme a un espejo. Confío en recuperar pronto fuerzas, confío porque vivo en la confianza, pero no soy capaz de visualizarlo, esta vez no hay trucos de mago, ni deseos. Tan sólo sé que mi ritmo se ha frenado de golpe y  que esta debilidad me alienta a valorar el momento presente, sin tratar de volar más. Imagino que es la manera que tiene mi cuerpo y mi alma de decirme que afloje, que me cuide, que nada más allá merece mayor atención que el preciso instante que vivo. Que ya volverán mis flores, mis risas y mi calma. Que de algún modo, sin que yo deba saberlo y emocionadas volver, me aguardan.

Espero que sepáis perdonar la intermitencia de mis publicaciones y visitas. Prometo recobrar pronto fuerzas y volver. Gracias!