Se despejan
los velos
O, al menos,
trato de apartarlos con mis manos.
Y creo
distinguir algún halo, dentro de la claridad que resultó ser menos.
Recibo ese
calor en forma de luz,
blanca,
amarilla, naranja
en el centro
de mi pecho.
Sí, parece
que algo en mi interior desciende hasta la planta de los pies, sorteando
piedras para desbloquearme a su paso.
No es la
primera vez que este remolino me invita a subir, hace unos meses me rozó, pero fue
pasajero. Una breve renovación para poder sucumbir al invierno de lleno. Esto
es diferente. Entiendo que confluyen muchas cosas en una sola finalmente, cambios en mí, en mi ciclo, en mis seres queridos, en mi adorada Cereza, siempre tan unidas. En las últimas semanas algo, ahora ya palpable, se acomodaba en
mi mente haciendo saltar el color de las cosas por momentos, cambiando
sutilmente algunas frecuencias, acariciando unas alas adormecidas, tranquilas,
tal vez perezosas. Vivía inmersa en un bucle denso, de colores ocre,
marrón, tierra y grana y lo encontraba hermoso en su aroma y sabor dulce, de
recogimiento, de tardes ovillándome bajo la manta, de abrazar mis tobillos. Tal
vez el polvo mágico de la primavera me esté impregnando con sus primeras partículas,
anunciándome lo que está por llegar, animándome a abrirme también, al son de
sus flores, sus colores, sus insectos y aves.
Como un
impulso, este aliento se va apoderando paso en mí, empujándome a avanzar con
sentimientos y actos minúsculos, a estirar mi cuerpo cada mañana, a regarlo de
agua, a adentrarme despacito en la nueva estación para poder recibirla en
plenitud cuando me alcance. Una actitud de limpieza, recogiendo lo que ya no es
preciso con cariño, agradecida por lo que fue, a pesar de lo que supuso o suponga,
a pesar de encontrarme cuesta arriba, a pesar de las voces, los días y el
letargo.
Hoy puedo
admitir que me siento en cambio, con toda su fuerza. Que vivo desde mi centro,
reafirmándome en lo que soy y siento en la medida en que lo acepto. A veces,
necesito detenerme para abrazarme a mí misma, largo y tendido. Escucharme, darme
tiempo, respirar… Y continuar, aun sin desperezarme del todo, porque me siento
valiente en los primeros pasos. Salir de mi cueva, solo mía, la cueva de mi
mente. Vibrar con el aire que me recorre, cerrando los ojos para repartirlo
bien. Sentir la tierra que piso, el espacio que ocupan mis ideas, el alcance de
mis sentimientos… solo yo… un segundo después, llega la risa.
Estoy
decidida a dar un vuelco, retomar las riendas con el relevo de mí misma, mi
otra yo, la que aguardará hasta que amarilleen las hojas de nuevo, la de color
avellana, la que a veces se abandona. Subiré al bote del mar de mi sangre para
honrar el hogar que es mi cuerpo y dar la bienvenida a quién soy en la
búsqueda de quién fui o seré. Recogiendo ya las primeras flores de este camino
de encuentros y desencuentros, flores rojas, intensas, amapolas de mí. Sin
cesar de pasear, con los cascabeles de mi mente, mirando el blanco. Sólo y todo blanco que crece. Sabiéndome
a salvo entre las amapolas que me mecen.
Compasiva y
guerrera de mí misma.
Amante,
enamorada
Pensativa…
Con mi cesto
de frutos preparado, me adentro en mí para salir de mí.
Wow!! Me hipnotiza como escribes!!
ResponderEliminarGracias preciosa! Qué bonito lo que dices! Mil besos
EliminarJo Colo! es que eres poesía pura, sentimiento puro.. vas al son mismo del Universo :) no dejas de maravillarme mujer hermosa y es un auténtico placer para los sentidos leerte! Tienes que estar radiante! Millones de besitos!
ResponderEliminarCarol, amor, muchas gracias. Para mí leerte a ti también supone toda una experiencia, qué felicidad!!! No creas que estoy radiante, al contrario, estoy en plena revolución. Durmiendo unas cosas y despertando otras, desbloqueando, dejando salir para que entren otras nuevas... caótica, en definitiva. Pero todo llegará. Gracias por la compañía y el amor, amiga! Besos y más besos
EliminarQué maravilla! Cúan linda eres y como de afortunados somos de poder leerte. Creo ver algo entre tus líneas y me alegra muchísimo que te conectes contigo misma. Yo ando enredada entre mis velos pero me anima mucho participar de tus emociones.
ResponderEliminarUn abrazo
Mamá corchea, qué dulces tus palabras... muchísimas gracias. Yo también me siento afortunada de habernos encontrado, me encanta compartir contigo y estoy segura de que tenemos mucho en común. En realidad, este post son palabras de voluntad, voluntad férrea que comienza a tomar forma en acciones y gestos aunque, como le decía antes a Carol, ahora bulla el caos hasta que logre desbloquearme y tomar el pulso al nuevo ritmo que yo misma me guío. Gracias de corazón por tu cariño y sinceridad, los velos a veces son buenos compañeros también. Un gran abrazo
EliminarA que ver Colo cómo transmites, hasta parece que huevo a primavera.
ResponderEliminarUn besazo
Carol, muchas gracias! Qué bien acercarte ese olorcito a primavera unos días antes de que llegue! Un placer compartir contigo. Mil besos
Eliminarprecioso!! que palabras tan bonitas! <3
ResponderEliminarGracias Desirée! Feliz de compartirlas en mi propia revolución! Un gran abrazo
EliminarColó... Cuanto en gusta leerte.. Me transportas a tu mundo, de la mano de tus palabras.. Y me inspiras.. Mucho as de lo que te imaginas. Que el cambio llegue con lo que tu alma precise y que ese despertar traiga con si, un brote mas ;). Bessssss.
ResponderEliminarCata, linda, qué preciosidad lo que me cuentas, qué alegría transmitirte de ese modo. No hay nada más lindo cuando una se desnuda el alma que saberse acompañada y comprendida. Gracias de corazón!Esperaré ese brote con gran amor ;) Millones de besos
EliminarAY Colo! ¡cómo te expresas! te abres de una forma que parece que estoy dentro de tu ser.
ResponderEliminarUn beso grande desde dentro de tu alma
Gallinita, qué mensaje más tierno y hermoso, muchas gracias! Un abrazo desde el alma para ti también!
EliminarTan bonito...la primavera que se palpa saca lo mejor de nosotros. Muas!
ResponderEliminarGracias Mo, desde luego algo está en el aire, desde hace un tiempo noto el ambiente cargado, algo crispado incluso, e imagino que se están desencadenando este tipo de cambios que el cambio de estación conlleva, aun más con la primavera. Un beso gigante!
EliminarParece que sentimos el movimiento de la vida, el cambio de estación, los días de luna llena, el olor a lluvia...yo también he notado cómo muta mi piel y mi respiración, acomodando a cada paso pensamientos de un color nuevo.
ResponderEliminarMamá colibrí, qué bonitas palabras! Así es, el cambio de estación nos acerca una hermosa oportunidad para renovarnos nosotros también si así lo sentimos o necesitamos. Yo estoy en el camino, y tú? Besos de colorines
EliminarSimplemente precioso! Y esa preciosa ilustración que ahora te identifica parece especialmente hecha para ti. Esta nueva tú me gusta aún más que la anterior. Un besazo
ResponderEliminarMousikh, preciosa eres, gracias! La verdad es que desde hace tiempo ando volcada hacia dentro y ahora es el momento de renovarme. La ilustración fue un flechazo y la guardé hasta sentirme totalmente identificada con ella :) Un beso enorme y un abrazo largo
EliminarTu post huele a primavera y evoca el renacer, aunque yo lo paso mal en este cambio de estación...
ResponderEliminarComo siempre, es un placer leerte, eres pura poesía!
Rosas!!!
María, hermosa! Es verdad que la entrada de esta estación nos revoluciona y se resienten muchas de nuestras debilidades. Tienes alergía? Me ha encantado tu mensaje, gracias! Te mando miles de besos
EliminarQue profundidad y transparencia!!!! y que felicidad el haberte encontrado y poder conocer y disfrutar tu pensamiento y tu conciencia, tan respetuosos y puros, expresados, siempre, con tu tan lindo y poético discurso que parte, tan claramente, de tu corazón de niña y tu alma de mujer y madre! Eres grande, Colo! Y te haces querer! ;) Besos muy sinceros, espíritu alado!
ResponderEliminarAñoro mucho los campos de amapolas en los que corría y jugaba cuando era niña! Ojalá y vuelvan algún día!