Mostrando entradas con la etiqueta reflexión. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta reflexión. Mostrar todas las entradas

viernes, 8 de julio de 2011

Me regalo flores

Esta mañana, haciendo cosas en casa, me he puesto a pensar en lo mucho que, en el fondo, he cambiado durante los últimos años. Nunca he sido muy consumista, pero últimamente es que no compro más que lo necesario, especialmente para mí. No sólo por el tema económico, si no más bien porque le he perdido el gusto y la utilidad al poseer o anhelar sin ton ni son y me conformo con lo que tenemos la mar de bien. Me muero de la pereza, además.

Llevaba unos días algo apagada y hoy he vuelto a recuperar la frescura, cosa que se agradece. Tal vez fuese por la reflexión matutina o por recobrar el estado de ánimo, pero al pasar por un puesto de flores no me he podido resistir. Ramos y macetas llenitas de flores preciosas ocupaban la acera. Como me dan lástima los ramos, nos hemos dirigido al mostrador con una macetita de flores sonrientes, naranjas. La Cereza reía y señalaba aquí y allá como si estuviese en un jardín encantado, mientras la dependienta me preguntaba si era para regalar. Esta es mi parte favorita, cuando respondo “sí, por favor” con mi sonrisa de niña de oreja a oreja. Porque así era y me encanta hacerlo, cuando me regalo algo, cuando me lo regalo de verdad, me gusta que sea para regalo. Y hoy, sin duda, era un regalito especial, por haberme despejado las pulgas.  De modo que así salimos de nuevo al sol de verano, con nuestra plantita simbólica envuelta de energía renovada e ilusión.