Estábamos en pleno resurgir de nuestro amor, atravesábamos uno de esos momentos en los que la pasión y el cariño toman impulso y esto había refrescado todos nuestros sentidos. Decidimos no poner barreras y dejar que llegases cuando creyeras oportuno. No tardaste en llegar, apenas un par de semanas, intuyo que deseabas ser fruto de esas emociones que vibraban tan fuerte.
Supe que me acompañabas bien pronto, a pesar de mi falta total de experiencia y conocimientos. Recuerdo el momento exacto, sentí un leve mareo, diferente a lo antes sentido, al subir las escaleras del puesto de fruta para comprar esos albaricoques que nos nutrieron a lo loco durante las primeras semanas. Sentí emoción y, guiada por el instinto, acaricié mi vientre con una sonrisa a modo de bienvenida.
Se aproximaba la primera falta y continuaba serena y convencida de lo que estaba ocurriendo, aunque no lo comenté con nadie. Unos días después, sentí molestias premenstruales y, con tristeza, cruzó por mi mente el único sentimiento de duda que albergué. Eran días un poco agitados para nosotros y esperé a la calma para compartir con tu padre mis sospechas. Fue un momento hermoso por su intensidad y alegría. Él te recibió con el mismo entusiasmo que aquella mañana, entre albaricoques, hice yo.
Había comprado un test y acordamos hacer la prueba a la mañana siguiente. Esa noche me costó conciliar el sueño, el haber dado salida a mi intuición se estaba convirtiendo en impaciencia por confirmarlo. Tras diez días de retraso llevados con calma, de pronto sentí la urgencia de hacerlo tangible. Antes del amanecer, supimos que ibas a acompañarnos en nuestro camino y regresamos a la cama para abrazarnos hasta que sonase el despertador.
Fue un embarazo espléndido, sin nauseas siquiera, exceptuando otros aspectos externos a mi estado que, aunque difíciles, permitieron que pudiera dedicarme en cuerpo y alma a nosotras. Cada día era una nueva oportunidad para conocer tu mundo, para acercarme a ti. Afiancé mis buenos hábitos de alimentación para que nos nutriésemos lo mejor que sé, me mantuve activa físicamente y cada vez más fuerte y audaz mentalmente. Me diste valor, alegría, esperanza e ilusión. No disponía de los medios y la información de la que dispongo ahora, sin internet en casa, sin demasiado contacto con otras mamás embarazadas, Ahora sé que supe quedarme con la información que consideré adecuada y que no me vestí con miedos ajenos. Confiaba en que todo iba bien. No hicimos más controles que los marcados por la SS, no lo creí necesario por los resultados que obteníamos, por cómo te iba sintiendo y por mi estado de salud. Viví esos nueve meses en la tranquilidad y la confianza absoluta.
Pronto emprendí un camino maravilloso que me ayudó mucho a ser la madre que ahora soy, la madre que sentía en mí y, por tanto, la madre que ya comenzaba a ser entonces. Decidí tomar clases de yoga y esta experiencia fue, sin duda alguna, la más gratificante de todas durante este periodo. Allí conocí a una mujer y madre hermosísima que siempre llevaré ligada al recuerdo de este primer embarazo y eso me reconforta. Gracias Rocío. Me dio alas para reafirmarme como la mujer capaz que sentía que era, nos facilitó la información adecuada para lograr una lactancia exitosa y nos abrió las puertas para conocer otras maneras de criar, mucho más afines a nosotros que otras ideas preestablecidas.
A mitad de embarazó supimos que eras una niña, mi pequeña, y desde entonces me dirigí a ti por tu nombre, un nombre que a medida que le das vida me gusta cada vez más. Fueron unos meses inolvidables... sentirte danzar dentro de mí, robándome centímetros que te cedía con ternura, durmiendo al compás de mi corazón, de mi latir, acompañada por mi voz, mis canciones, ¿cuántas veces me habrás oído decir que te quiero? Y te amo hija, no sólo por lo que ya eras para mí, para nosotros, si no por todo lo que me estabas ayudando a retomar, por toda la luz que me diste, que me das...
Nos encontrábamos en el día señalado, se cumplían las 40 semanas... “¿Estás preparada para emprender el camino, hija mía?... no tengas prisa, corazón, tan sólo quería hacerte saber que yo, mamá, ya estoy lista para hacerlo, que no tengo miedo y que te esperamos con mucho amor”...
tu historia es muy linda me llevo a las lagrimas yo estoy con retraso de 7 días y me siento como tu pero no me quiero ilusionar porque perdí un bebe antes saludos
ResponderEliminarAy Cocolina, esta es una entrada de las que llegan a lo más hondo del corazón, me ha encantado no, lo siguiente! estoy con un nudo en la garganta, y hasta por un momento estaba pensando en un segundo jaja me has pillado descolocada ;)
ResponderEliminarMaria Jose, en primer lugar felicitarte enormemente por esa intuición que te dice que algo brota en tu interior. Espero que se confirmen tus deseos y puedas disfrutar de esa maternidad que con tanto amor ansías. Lamento la anterior pérdida.
ResponderEliminarGracias por la visita, por escucharme y por compartir tus temores. Un fuerte abrazo cargado de buenos deseos!
Eraseunavez, mil gracias preciosa! sabes que la maternidad ha cambiado mi vida, mi percepción del mundo y mis prioridades, haciéndolo todo mucho más sencillo y hermoso.
ResponderEliminarNo, de momento no late otro corazón en mi cuerpo :)
Millones de besos
COCO. Que hermoso tu relato! Son muy dulces tus palabras... Cuando tu hija lo lea estoy segura que se emocionara mucho!
ResponderEliminarBesitos...
MARIA JOSE. Mis mejores deseos para vos...
Qué palabras tan llenas de significados y amor. Gracias por compartirlo, me conmovió mucho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que hermoso Cocolina! A mi también se me hizo un nudo en la garganta...
ResponderEliminarCocolina, llegué recién a conocerte y me ha encantado y emocionado tu bella entrada!!!.
ResponderEliminarYa te sigo!
Mamá nortina http://mamdeunamonita.blogspot.com/
Tu post me ha llenado de ♥ternura♥, me he quedado blandita, blandita ;-)
ResponderEliminarEs tan mágico estar embarazada... así como lo cuentas.
Abrazos nostálgicos!
Que bonito, me ha encantado la entrada, que paz se intuye, paz y felicidad.
ResponderEliminarMe alegro guapa, muchísimos besos!
Qué hermosa forma de relatar esos maravillosos 9 meses. Algún día Cereza lo leerá y se emocionará tanto como yo. Un beso
ResponderEliminarCoco,
ResponderEliminarSi te apetece pásate por mi casita a recoger un regalito
http://crianzacorporal.blogspot.com/2011/08/premi-ando.html
Abrazos melocotón!
Cocolina, estar embarazada es una experiencia maravillosa.. al leerte me han venido recuerdos, sensaciones de mis embarazos. Otra vez me has emocionado ;)
ResponderEliminarBesos!
Muy hermoso, me has emocionado. El embarazo llevado bien es un estado de gracia. Cómo nos enamoramos de los hijos! nos romperán algún día el corazón...?
ResponderEliminarGracias a todas y cada una de vosotras por asomaros a esta ventada tan personal de mi vida, por permitir que os haga partícipes de mis sensaciones. Gracias por emocionaros junto a mí por nuestra felicidad.
ResponderEliminarUn millón de abrazos cargaditos de cariño!!
Mamá Nortina, bienvenida!! gracias por tu invitación, paso a conocerte. Un abrazo
ResponderEliminarQue bonito, que forma mas bonita de contarlo... Yo tb supe desde el principio que estaba embarazada, era una sensación diferente, nueva!!! Que maravilla... Un besito guapa
ResponderEliminarqué preciosidad de artículo. Me ha encantado leerlo! Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarUna historia muy bonita, en mi interior tenía 3 corazones. Ahora mis mellizos tienen casi 15 meses y es lo que más quiero en esta vida.
ResponderEliminarohhh, yo también tenía 3 corazones... las mellizas ya tienen dos años y 9 meses y me parece increíble que ya haga tanto tiempo... me parece que fue ayer...
ResponderEliminarpodéis seguir nuestras aventuras en LA INVASIÓN TWIN
http://lainvasiontwin.blogspot.com
encantanda de haberte encontrado
precioso, has logrado robarme unas lágrimas!!así me sentí en mi primer embarazo pero a los siete meses mi princesa se fue...decidió convertirse en angel...que recuerdos, vivimos tanto amor...
ResponderEliminarun besazo
María, Sarai, muchas gracias por vuestro cariño! Qué bonita sensación saberlo desde casi el primer instante, verdad?
ResponderEliminarAnónimo 1, gracias por tu comentario! 3 corazoncitos en un mismo cuerpo... suena a magia y vida,me encanta!! Que sigamos disfrutando de esta hermosa experiencia! Un beso
Núria, gracias!! Otra mujer llena de coranzoncitos, qué maravilla! Desde luego portar dos vidas más en tu interior debe ser extraordinario... qué experiencia! Gracias por la visita, por el comentario y por la invitación, pasaré a conoceros! Un beso
ResponderEliminarAnónimo 2, lamento enormemente esa pérdida, imagino lo duro que debió ser y, aunque siempre lo es, que ocurriera en un estado tan avanzado debe ser especialmente impactante.
ResponderEliminarComparto tu desolación y tu amor tan profundo. Me he emocionado yo también con tu historia, muchas gracias por compartirla y un abrazo de todo corazón.