Si no has leído mi relato acerca del nacimiento de mi hija, te invito a que lo conozcas primero. Gracias:
Pasado el huracán florecieron los sentimientos más tiernos y ahora puedo afirmar que a pesar de las intromisiones y de sentir que no respetasen todos mis deseos y derechos, fue un buen parto. Rapidísimo. Las dos estábamos bien, expulsé la placenta sin problema (¡Esa impresionante y brillante fuente de vida!) y no precisé ni un solo punto. Fue un parto natural porque así lo peleé y en la medida que pedí, colaboraron. Pero siempre me quedarán algunos detalles que desearía que no hubieran encontrado lugar y me apena recordarlos.
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Pasado el huracán florecieron los sentimientos más tiernos y ahora puedo afirmar que a pesar de las intromisiones y de sentir que no respetasen todos mis deseos y derechos, fue un buen parto. Rapidísimo. Las dos estábamos bien, expulsé la placenta sin problema (¡Esa impresionante y brillante fuente de vida!) y no precisé ni un solo punto. Fue un parto natural porque así lo peleé y en la medida que pedí, colaboraron. Pero siempre me quedarán algunos detalles que desearía que no hubieran encontrado lugar y me apena recordarlos.
No entiendo por qué no estuve acompañada en todo momento, si era mi deseo y mi derecho. Por qué no se me informó de que iban a proceder a romper la bolsa, por qué me administraron oxitocina sin mi consentimiento, por qué trataron de ejercer la maniobra de Kristeller... Todos ellos eran puntos destacados de mi plan de parto y todo estaba transcurriendo con normalidad, con seguridad, con una velocidad trepidante además, ¿Por qué llevar a cabo prácticas injustificadas ante las cuales la mujer ya ha expresado, previamente, su rechazo por escrito?
Una mujer que se encuentra trayendo a su hija al mundo no debe estar pendiente de estos y otros muchos detalles, no debe sentirse cohibida ni atacada, no debe alejarse de lo que le dicte su cuerpo. En estos momentos menos que nunca. Esta conexión es lo que me hizo centrarme en lo realmente estaba sucediendo y hubiese deseado vivirla con más amor y respeto a mi alrededor. Ya lo comentaba anteriormente, para mí éste es el camino a seguir, lograr que los profesionales que asistan al nacimiento de cada ser humano se preparen desde la empatía y el respeto y no por la mecanización de los procesos y la asistencia desde la intervención sistemática.
No sueño con grandes cosas, soy consciente del cariz práctico de estos centros, pero sí desearía que, al menos, no se nos tratase como seres sin voluntad a merced de protocolos que se aplican indiscrimi-nadamente, saltándose incluso las recomendaciones de la OMS y otros organismos oficiales.
Algunas mujeres elegimos parir en un hospital porque, de algún modo, nos sentimos respaldadas para recibir una atención médica de urgencia si se precisara, pero eso no debería traducirse en dejar de ser dueñas de nuestro parto, de nuestra sexualidad. No soy una detractora de las intervenciones médicas y el uso de fármacos o anestesias, las opciones están ahí y son bienvenidas, bien porque sea preciso bien porque así lo decida la mujer, permitiéndole llevar el timón. Sin embargo, una vez escogido el camino y con garantías de seguridad en ambos casos... ¿Por qué se respeta a quién elige un parto medicalizado y se presiona a quién no?
Algunas mujeres elegimos parir en un hospital porque, de algún modo, nos sentimos respaldadas para recibir una atención médica de urgencia si se precisara, pero eso no debería traducirse en dejar de ser dueñas de nuestro parto, de nuestra sexualidad. No soy una detractora de las intervenciones médicas y el uso de fármacos o anestesias, las opciones están ahí y son bienvenidas, bien porque sea preciso bien porque así lo decida la mujer, permitiéndole llevar el timón. Sin embargo, una vez escogido el camino y con garantías de seguridad en ambos casos... ¿Por qué se respeta a quién elige un parto medicalizado y se presiona a quién no?
Sé que se está avanzando mucho en esta dirección, no sólo en los paritorios, si no en muchos centros de salud donde las matronas ya valoran otros enfoques durante la gestación. Soy optimista y deseo pensar que lograremos esa conexión con el momento mágico del nacimiento de uno de nosotros, como especie que somos, sintiéndonos todos los presentes parte de la vida. ¡PERMITÁMONOS LATIR!
Totalmente de acuerdo, de hecho es lo que más me ha sorprendido al leerte, oxitocina para que? Desde luego falta no te hacía...
ResponderEliminarRepito lo que he dicho en la otra entrada, menos mal que eres una mujer sabia y no te dejaste. Besos!
Pienso que tuviste un buen parto, enhorabuena! siempre hay cosas que podían haber sido de otra manera pero salió todo bien para la niña y para ti, que al final es lo más importante. Parece que se están haciendo esfuerzos para ir cambiando poco a poco los protocolos en los hospitales, el camino es largo, mi sueño es que el día que nuestras hijas sean madres encuentren un panorama mucho mejor. Un abrazo!
ResponderEliminarTienes toda la razón en tu reflexión, suscribo cada una de tus palabras. Pienso que se está avanzando, pienso que tu cerecita te hará abuela con el parto que merece.
ResponderEliminarTotal y completamente de acuerdo.
ResponderEliminarTambién tengo ese deseo y que los latidos sean fuertes notando su estallido hasta la yema de los dedos.
Felicisima maternidad
Que razon tienes Cocolina! Siento una impotencia ante estas cosa.. y es que es para cogerles por los hombros y decirles ¿por queeee? si todo iba bieeeen.. que coño pretendias!! En el blog de MaGiA hablabamos estos dias de esto.. que no "saben" estar quiet@s, creen que tienen que hacer, creen que nosotras no podemos, ..
ResponderEliminarMe alegro que no empañaran el bonito recuerdo que te quedo! Besos!
Pues yo tampoco entiendo lo de la oxitocina.
ResponderEliminarNo pensé yo que lo de la oxitocina fuera tan frecuente...a mí no me la pusieron en los dos partos naturales...¡qué raro! es les habría agotao.
Un beso.
Es muy duro que estén tan protocolarizados, están tan acostumbrados a actuar de motu propio sin pedir nuestra opinión o simplemente informarnos que me pondría a gritar de pura rabia. Ojalá nos vayamos haciendo oír y respeten de una vez por todas que es nuestro cuerpo y nosotras sabemos hacerlo de un modo mucho más auténtico
ResponderEliminarGracias Drew! Por animarme al decirme que hice las cosas bien. Al menos traté de hacerlas pero ya ves que no siermpre es fácil y que no alcancé a todo lo que hubiese deseado a tiempo... Hubiese deseado mucha más intimidad. Un beso, bella!
ResponderEliminarMaría M., gracias! Sí que fue un buen parto, sin duda. Rápido, sin complicaciones ni secuelas. La heridita emocional creo que irá sanando. Yo también confío en que nuestras hijas encuentren un panorama más humano... e incluso nosotras en un tiempo! Un abrazo
ResponderEliminarMamá de Parrulín, gracias por tus palabras y tu apoyo. Me reconforta que seamos cada vez más mujeres las que compartamos esta visión de los partos asistidos en hospital. Gracias por tu comentario! un beso
ResponderEliminarMagda! Me ha emocionado tu mensaje! Embriaguémonos de amor y vida!! Feliz maternidad para tí también, dulce mamá! Besos
ResponderEliminarCarol, es tan cierto! A mí lo que me entristece es que son situaciones que no se viven de igual a igual y lo que en circunstancias normales sería un intercambio de opiniones, una negación rotunda a las prácticas o un consentimiento informado pues, en esos momentos, se convierte en un abuso de posición y una sensación de impotencia y rabia.
ResponderEliminarMe indigna cuando conocen tu deseos (unos deseos fundamentados y respaldados), las circunstancias son propicias a ello y ni siquiera te consultan. Me parece una falta de respeto total.
Gracias por estar aquí,ya sabes que el momento más dulce de mi vida no lo empañan :)
Porfinyomisma, yo tampoco pensaba que fuese tan frecuente. De hecho, quise convencerme de que, tal vez, esos otros relatos de partos que compartían algunas mujeres de mi ciudad (sólo hay un hospital), se debían más a la mala suerte que a la falta de respeto... Y mira tú por dónde, me tocó de lleno.
ResponderEliminarSí, la oxitocina me la administraron en pleno expulsivo, nada más colocarme en la camilla. Tuve suerte de percatarme al momento... hubiesen echado a perder todos mis esfuerzos por tener un parto natural de manera injustificada.
Me alegro muchísimo por tus partos y por la sequía oxitocínica que hubo! jeje
Eraseunavez, ojalá! De verdad que considero que es importante alzar la voz en este aspecto y dejar que vayan aflorando los sentimientos encontrados que vivimos muchas mujeres en estas situaciones.
ResponderEliminarParece que se hace oídos sordos y, al final, como en tantas otras cosas, se nos hace normal lo que no es. Gracias por tu comentario, mil besos.
Ay.....me alegra que salvo algunas cosillas todo saliera como tú lo habías previsto....
ResponderEliminarEn mi caso, me dejé hacer...confié en los médicos, no hice plan de parto ni nada.....eso sí, me podían haber hecho una cesárea puesto que no dilataba ni a la de 3, y sin embargo, apostaron por un parto natural y como ya te he dicho en al entrada anterior, después de 18 horas y un par de empujones de la ginecóloga, mi bebé vino al mundo!!!!
Besoss
Me siento completamente identificada con lo que dices. Yo también quiero soñar que es posible tener un parto respetado en un hospital. Ojalá avancemos en ese sentido!
ResponderEliminarPienso como tú. Además yo también tengo experanza de que cada vez se nos respete más y sean partos menos intervencionistas.
ResponderEliminarYo no vi la placenta, me hubiese gustado mucho.
Y la maniobra de Kristeller, luego dicen que eso ya no lo hacen y conozco a un montón de mujeres que han pasado por ello. En fin. De verdad deseo que todo esto cambie.
Besos
Hola Coco,
ResponderEliminarMe alegro que fuera un bonito parto y me apeno contigo por los detalles en los que no te sentiste respetada.
Me parece que son grandes cosas con las que sueñas, respeto, amor, empatía, humanidad, paz… me apunto a luchar por ellas!
Yo respeto la medicina, me parece que está para usarla cuando es necesaria. Yo parí en casa precisamente por no encontrarme en este tipo de situaciones y me j*de haber tenido que arriesgarme a no tener asistencia médica urgente si hubiera sido necesario, a tener que pagar el parto de mi bolsillo, a sentirme presionada por haber optado por un camino que no es el habitual.
Quizá te sorprenda si te digo que la mayoría de mis amig@s son médicos y ellos mism@s se quejan porque no pueden atender como desean, porque el tema del nacimiento, el parto, la maternidad y crianza en general va más allá del personal sanitario, implica una enorme falta de respeto hacia la vida, hacia los recién nacidos y las madres que está arraigada profundamente en toda la sociedad (ojo, me incluyo)
Ojalá pronto todos (no sólo los médicos) nos hagamos cargo de lo sagrado del nacimiento y podamos disfrutar de este latido de vida.
Abrazos esperanzados!
Discrepo del comentario de María M. “…pero salió todo bien para la niña y para ti, que al final es lo más importante”
Lo siento María no es contigo es una frase que oigo habitualmente y me enfada porque suavizar estos peros, intentar dulcificar la situación, me parecen excusas para seguir permitiendo un MAL-TRATO que no tiene razón ni es excusable (¡c*ñ*, que lo había pedido expresamente! ¡que quieren, que se lo tatúes en la panza para que lo tengan bien a mano!)
Gracias Cocolina, te he dejado un premio en mi blog.
ResponderEliminarBesos mil
Esperemos que llegue ese màgico momento (si no es mucho pedir) que las mujeres sean respetadas, que nuestros cuerpos no sean vulnerados, que la humanidad entera entienda que nos debemos los unos a los otros. El momento del nacimiento es importante para la madre y para el hijo, merecen respeto, atenciòn con cariño, afecto y ayuda pero sin estorbar.......
ResponderEliminarJeza Bel, me alegro de que respetasen tus ritmos y te sintieras a gusto en sus manos. Para mí es de lo más importante, que la mujer se sienta segura y confiada. Un abrazo
ResponderEliminarMousikh, soñemos juntas pues!!
ResponderEliminarNo sé bien qué podemos hacer para aportar nuestro granito de arena pero me gusta pensar que el compartir nuestras experiencias, sin tapujos, así como lo vivimos, puede ayudar a otras mujeres a identificar que lo que sienten es más común de lo que creen y de que hay ciertas prácticas que no tienen porqué llevarse a cabo sin justificación. Que tienen voz y apoyo para solicitarlo.
Gracias por tu comentario, un gran beso!
Carol, yo también tengo esperanzas y confianza en que ese cambio ya se está gestando. Comenzamos a encontrar hospitales amigos de los niños, salas de dilatación pensadas para que la mujer se encuentre más cómoda y libre, matronas y ginecólogos que entrelazan diálogos y apoyo a los padres, que permiten incluso recibir al recién nacido con música, si es ese el deseo de los padres. Matronas que desde los centros de salud apuestan por dar a la madre las herramientas para que confíe en sí misma sin hacernos creer que nada hay en nuestras manos. Quiero pensar que este camino no ha hecho más que comenzar a brillar!! Un fuerte abrazo
ResponderEliminarMaGIA, gracias por compartir mis alegrías y mi frustración ante esa falta de respeto. Lamento a la vez que al optar por otro camino tuvieses que renunciar a ciertas medidas de seguridad, que te sintieras presionada por tu decisión y que pagases por ello. ¿Cuánto por hacer, verdad? ¿En qué momento nos volvimos locos y nos desviamos del camino?
ResponderEliminarNo me sorprende en absoluto lo que cuentas, MaGIA, también conozco casos. Matronas con ideas en esta línea que son tachadas y desplazadas por el centro y sus propios compañeros. Yo misma, hasta estar embarazada ni siquiera me cuestinaba nada de esto. Abrazos de esperanza y luz!
Sobre el comentario de María M., creo que es algo que se suele comentar porque es cierto que es lo más importante (¡qué tragedia si no, verdad?), pero no lo único, desde luego. A pesar de que en el momento es lo único que importa (hormonas mágicas del amor) con el tiempo me quedo con la sensación de que se me escaparon unos momentos muy especiales para mí que serán irrepetibles y que se hubiese podido gestionado respetando mis deseos puesto que no era ninguna situación de peligro, dado que al pedir, cedieron. Un beso a las dos y gracias!
ResponderEliminarMagda, muchas gracias! Paso a recogerlo encantada! un beso
ResponderEliminarJaneth, me encantaron tus palabras, gracias. ¿Eres doula, verdad? Qué hermosa labor, debes sentirte tan impactada y vibrante cada vez que acompañas a una madre a traer a us hijo al mundo... enhorabuena por lo que haces y afortunados quienes cuenten con tu compañía. Un abrazo
ResponderEliminarUna entrada maravillosa, totalmente de acuerdo con todo lo que dices, yo pensé que había tenido un parto bueno y respetado pero con el paso del tiempo me di cuenta que hubo cosas que no se hicieron como yo hubiera querido... Espero que la cosa vaya cambiando... Un besazo
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