lunes, 9 de abril de 2012

Mi aceptación


Hace unos días, leyendo las palabras indias que Lídia recogía como gotas cristalinas, noté cómo me invadía un calor interior, una llama que abrazaba por dentro y empujaba por salir, al fin, hacia fuera. Me sentí valiente por unos instantes y quizá hasta puse nombre a esos impulsos en alto, para que al pronunciarlos no quedaran en humo de una misma. Porque no siempre resulta fácil desarmarte y hablar de ti con las palmas hacia arriba. Gracias Lídia, gracias amiga.

No sé si nacemos o no con el alma corrompida en cierto modo, hasta qué punto los estímulos recibidos en el vientre materno y durante el parto son determinantes y cuánto más hay de aquí o de allá, desde nuestra infancia, hasta llegar a convertirnos en las personas que somos. No lo sé, pero sospecho que todo influye y ahora, desde una serenidad antes no imaginada, me permito volver la vista atrás para poder nombrar episodios que no acababa de encajar, para dejar de pasar de puntillas ante algunas vivencias o para ser capaz de detenerme ante otras, alzar la mirada y abrazarlas también. Porque cada pequeño paso que he dado en este sentido ha sido fruto de la comunicación conmigo misma, de la aceptación de mí misma, de concederme amor.

Sabía que no me había amado, pero ignoraba cómo esta falta de amor me había llevado a dar tantos pasos sin verdadera voluntad. Sí, no me amaba. Y rechacé una y mil veces mi cuerpo de mujer, aborrecía sus curvas, su belleza, sus secretos anhelados por los hombres. Les detesté incluso a ellos, con sus miradas sin barreras, con o sin antifaz, deseando apoderarse de lo que no era suyo, sorprendida incluso por ese despertar a la sexualidad. Me aferraba a ciertos ideales sin darme cuenta que en esa actitud dejaba latente mi propia carencia de amor.

Cuando pude abrirme me despojé de todos y cada uno de esos pétalos, sin medidas, sucumbiendo a los impulsos del placer y el contacto. Libre. Lo que se dice completamente sin ley. Sin respetar sentimientos propios o ajenos, sin mirar más allá. Cegada por sentir, tocar, oler y lamer. Sin amor, sin brújula. Cansada de los perfiles impuestos, rechazando aquello que como mujer no debes o debes hacer, sentir, decir. Rompiendo con lo esperado. Confundiendo libertad con explosión. Provocadora, danzaba al son del amor y el sexo libre. Sin cadenas, sin dueños, sin mentiras pero también sin verdades. Desnuda en el fondo mientras me esperaba a mí misma para vestirme.

Ahora sé que no me respeté, no me escuché y no me acepté lo suficiente en ningún caso. Lo sé, porque ahora me amo.

Adoro mi cuerpo y honro cada uno de sus órganos y poros, porque ellos me dan la vida, me acompañan fielmente, porque ellos sí me aman incondicionalmente. Porque cada pequeña molécula y cada chispa que provoca una idea soy yo.

Amo mis formas, mis dimensiones, mis límites. Amo el cuerpo femenino con toda su magnitud. Nuestro útero, los pechos, lo intuitivo, lo que fluye, nuestros ciclos, nuestras lunas, la sangre. Esta faceta que nos conecta con lo esencial y que se empeñan en hacernos esconder y avergonzarnos de ello ya desde pequeñas. Nos acusan de ser o estar sensibles, insoportables, difíciles. Nos hacen sentir no aptas, enfermas, taradas. La misma expresión de “estar mala” para hablar de menstruar lo dice todo. Nos insinúan que debemos ocultar nuestros olores corporales, como un posible motivo de rechazo en los que nos rodean. Nos desnaturalizan y nos dejamos conducir asumiendo que es algo con lo que debemos cargar. Tratan de ayudarte a que te sientas bien siendo mujer mientras niegas el hecho el serlo. Siendo consciente de los mensajes emitidos por nuestra sociedad dentro y fuera de casa, no me sorprende que una joven se apropie y comparta la idea de que eso que brota de su interior y corre entre sus piernas es algo indeseado, algo que debe camuflarse, disimularse, ni siquiera mencionarse. Un secreto de mujeres del que, generalmente, las propias mujeres reniegan. 

Cuando aprendí a amar mi propia naturaleza, con sus altibajos y magia de vida, se tornaron lúcidos muchos caminos y me sentí enormemente ligera. Despojada de un lastre de prejuicios e ideas asumidas que no deseo portar.

Ahora acepto mis limitaciones, mi carácter esquivo, mi necesidad de soledad. La manera en que abrazo la tristeza y en cierto modo me reconforto en ella.  Los recursos que me faltan, los deseos que escapan, los castillos en el cielo y sobre el mar. La amistad que amo profundamente y olvido regar, el perdón de los que me rodean y mi falta de tacto. Mi mal pronto y mi inseguridad. No soy perfecta ni completa, tan sólo real.

La maternidad me ha hecho reencontrarme con la niña que fui, la mujer que fui y la que ahora soy, reencontrarme de verdad. Rellenar sus huecos, sanarme en algunos aspectos. Liberarme de mi propia presión, con honestidad, con risas y lágrimas. El puerperio en su primera fase fue un trampolín para ello y, aunque continúo transitando el camino, me acepto y me miro a mí misma, a veces muy de cerca, tratando de no juzgarme. Siento que he retomado mi propia esencia y que me atrevo a salir del cascarón aunque en determinados momentos sea tímidamente. Como si la delicada flor que nos envuelve a todos y cada uno de nosotros se abriera poco a poco, a nuestra voluntad, porque tenemos algo hermoso que aportar, no sólo a aquellos que nos acompañan o aman, sino a nosotras mismas y al mundo entero por extensión.

Creo en el respeto, creo en el amor, en la energía que nos conecta como seres vivos y nos reconduce a lo más básico y esencial. Confío en mí, en mi mente y en mi cuerpo de mujer. Y tras mucho tiempo buscando o esperando algo sin saber el qué, me siento acompañada en la quietud de la semilla primera de mí misma.

Me acepto y me abrazo. Hacia el pasado y en lo que está por llegar.





34 comentarios:

  1. Preciosa entrada.
    Cuanto me alegro por tí Cocolina, porque no es algo que les pase a todas las mujeres.
    Yo desde que he sido madre también he empezado a aceptarme, a aceptar mi menstruación (ya escribí sobre ello), y he de decir que eso nos hace más libres y poderosas, aunque todavía me quede camino.
    Un abrazo

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    1. Gracias, Carol! Yo también me encuentro en el camino desde luego, pero aceptar cómo se desarrollaron ciertas cosas, aceptar tus actos y pensamientos y tu ser, te ayuda a sanar algunas heridas o a comenzar a hacerlo y deseo creer que también nos posiciona más fuertes y comprensivas para las sorpresas que nosotras mismas nos reservemos en el futuro.
      Sin duda, es una tranquilidad aceptar tu faceta femenina en su plenitud.
      Un grandísimo abrazo!

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  2. Bellisimo Colo!! Comparto tu sentir en cada palabra!
    Un abrazo lleno de ternura de mujer salvaje! :)

    Noraya
    "El Rumor de las Libelulas"

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    1. Noraya, hermosa, qué bello resonar juntas! Sé que eres una tigresa salvaje y, a veces solitaria, puesto que yo también disfruto de esa distancia en ciertos aspectos. Un abrazo intenso y lleno de dulzura!
      Gracias por tus palabras, linda.

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  3. Felicidades Colo por amarte y aceptarte como eres pues sólo así se puede seguir el camino que marca tu instinto, tus sentimientos, tu corazón! Camino difícil, lleno de barreras que, como bien dices, ya nos ponen desde niñas, pero camino que hay que recorrer, como si del tallo de una rosa se tratara, si queremos alcanzar la felicidad pues aunque cueste por vertical (el corazón no descansa ni se conforma en sus hojas) y esté lleno de espinas que nos producen heridas, sobretodo las últimas, la mágia de su flor (vida) llena de aroma, suavidad, calor y color existe y es real.
    Te vuelvo a dedicar, con más motivo ahora, la entrada que citas y estas dos canciones del disco Hijas de Eva de Pedro Guerra pues ambas me han venido a la cabeza mientras te leía:

    Niña: http://www.youtube.com/watch?v=J3-L1yIMZkA

    Lilith: http://www.youtube.com/watch?v=hjcm5DEA0Ic
    "Muy poca gente conoce la historia de Lilith, una historia que pese a ser oscura, hermética y opaca por la perversión y peligrosidad de su leyenda, nos explica que Lilith fue la primera mujer y no Eva.
    Lilith fue la primera mujer de Adán que, habiendo sido creada como su igual, surgida del polvo, no quiso someterse a su voluntad y se separó de él.
    Una mujer valiente, decidida e independiente que puede representar perfectamente un momento original de creatividad que después nos ha sido negada o ha sido contemplada en negativo.
    La primera mujer de la faz de la tierra, igual al hombre y libre de espíritu. Amén, que quiere decir, así sea." (Extracto de la conferencia: "Herederas de Eva pero también descendientes de Lilith" Dra. Laura Borrás Castanyer)

    Besos muy sinceros! y gracias por ser y estar!

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    1. Lídia, hermosa, gracias de nuevo por todo. Qué bonito cómo lo describes, como rosas auténticas, con nuestras espinas y nuestro aroma inconfundible y delicado. Nuestros colores vivos y brillantes que se suavizan al aproximarse al núcleo... qué bello!!
      Gracias por esas canciones, me gusta Pedro Guerra, ahora mismo estoy reproduciendo la primera de ellas para que me acompañen en este ratito... Gracias también por compartir la historia de Lilith... Mujeres libres de espíritu!!
      Gracias llenas de amor!!

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  4. Ay Colo, ¡cuanto me gusta leerte!
    Gracias por hacerme mirar en mi interior de la mano de tus reflexiones

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    1. Gallinita, muchas gracias! Me emociona si te acompaño a la puerta de ti misma. Gracias a ti!!
      Un gran beso

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  5. Me has dejado sin palabras Colo, con ganas de más y con la necesidad de emprender un nuevo camino hacia mí misma.
    Gracias por estas mágicas reflexiones.
    Un abrazo

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    1. Marián, muchas gracias! Me temo que habrá más puesto que el dar salida, con palabras, a lo que una va ordenando en su mente creo que es un camino que una vez iniciado hay que recorrer por completo. Puesto que ayuda a reflexionar, a hacer también reales los sentimientos y pensamientos, a poner los pies en la tierra y acabar de aceptar y asumir lo que ya sabes. Es como decidirte a montar tu caballo.
      Millones de besos y cariño si crees que necesitas emprender tu propio cariño en tu reconocimiento y entrega de amor!

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  6. Me quedo embelesada leyendo tu post. Es hermoso conocerse a uno mismo y llegar a la propia aceptación, la vida es un camino de sabiduría...

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    1. Cierto María, pero también resulta duro conocerse y aceptarse, a todos nos gustaría esconder cosas de nosotros mismos, instantes pasados que tal vez se puedan atenuar con el paso del tiempo o ante los demás pero no para nuestros ojos. Librarnos de nuestros propios juicios es una labor dura pero increíblemente dulce, cuando entiendes tus acciones, tus dolores y alegrías. Cuando sabes cuándo y por qué es sencillo que reacciones de cierto modo...
      Y como siempre estamos en continuo cambio y aprendizaje nunca dejaremos de conocernos o reconocernos, así que mejor si lo hacemos partiendo de cero y con amor.
      Gracias, bonita. Un beso muy grande

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  7. Que maravilla Colo! Que gustazo leerte...siempre! aiiinnnss... (emoticono embobada) ;D
    Millones de besos llenos de Amor

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    1. Paula, preciosa, qué abrazo te daría... Gracias a ti, por estar y acompañarme en este ejercicio de sinceridad.
      Montañas de amor para ti :)

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    1. Niña que vive dentro de mí... Tu nombre sí que parece hecho para estas líneas que comparto en voz alta. Porque así es, llegar hasta aquí ha supuesto un ejercicio de acercamiento, comprensión y aceptación hacia la niña que vive en mí.
      Gracias por tu cariño, de corazón.
      Muchos besos

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  9. Ay Colo, bella mujer, que hermoso lo que nos cuentas y cómo nos lo cuentas. La conexión con la esencia de lo femenino es mágica! Cuando sucede, una se da cuenta que cómo nos manipulan, de cómo tapan y envenenan lo más poderoso de la mujer.. Me alegro mucho, muchísimo de que vuelvas a amarte (porque estoy segura de que ya lo hiciste hace tiempo). Un beso enorme enorme.

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    1. Carol, querida, gracias por tus palabras. Puesto que cuando una se desnuda así también teme por la aceptación desde afuera... parece que no pero el exponerte así a los juicios ajenos genera cierta intranquilidad por mucho que una ya se haya aceptado en sus diferentes facetas.
      Sí, es cierto, me he ido aceptando hasta el momento poco a poco. Trabajando en ello y no sin momentos difíciles. Pero el hecho de compartirlo le aporta otra dimensión, es un paso más de la autoafirmación y hasta ahora no había hablado con nadie de ello.
      Gracias por estar ahí y por escuchar desde el cariño.
      Besos y más besos

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  10. Precioso Colo. Sólo puedo decirte: Enhorabuena. Por tanto aprendizaje, por el recorrido hecho, por la sabiduría acumulada... Ahora a gozar y a ser feliz amándote.
    Besos

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    1. Míriam, muchas gracias. Gracias por tu buena energía. El camino es largo pero voy más tranquila, nos hacemos mayores... Un beso gigante

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  11. Yo acepté mi cuerpo desde hace mucho porque para mi siempre fue algo secundario. Para mi lo más importante siempre ha excedido las barreras físicas, pero no por eso he sido más feliz o desgraciada que tu. Mi visisón del mundo no concuerda con la realidad y eso me peturba constantemente. Tras la maternidad he decidido aceptar las cosas como son y no intentar cambiar mi entorno. Así que, desde otro punto de vista, entiendo perfectamente lo que sientes.

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    1. Hola Madre desesperada, siento que te parezca encontrarte atrapada en un mundo en el que no encajas o no asimilas en tu manera de ser, porque resulta agotador. Te envío un gran abrazo para tomar tu propio camino.

      En realidad creo que hablamos de lo mismo, puesto que la aceptación del cuerpo nunca es vacía, en sí misma me refiero. No expresaba el aceptar tu cuerpo como es sin más, siempre hay un trabajo de fondo en llegar a asumir cómo eres, por dentro y por fuera, y siempre va de la mano. En realidad, el exterior supone una muestra de lo que internamente proyectamos, ahogamos o no dejamos salir e igual ocurre con las emociones positiva. Muchas vivencias encuentran una vía de escape en lo físico pero su raíz, su fondo, se encuentra en el alma. Y es ahí dónde hay que sanar, donde hay que alcanzar... el resto viene sólo, como un reflejo de este ejercicio de aceptación y, por supuesto, es bienvenido!
      Siento haberme enrollado :) Un gran abrazo!

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    2. Muchas gracias Cocolina. Sí que es agotador, por eso me rindo y trato de disfrutar en todo momento de las pequeñas alegrías. Tienes razón en todo: la mente y el cuerpo están profundamente entrelazados.

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  12. Aceptarse como tú has conseguido, es tan liberador...A mí me falta aún algún pasito mental por dar, pero también me siento en el camino. Besotes.

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    1. Ay, Mo, y a mí también! Pero celebro cada paso dado hasta ahora puesto que no han sido pequeños y me permiten ver con claridad cosas que antes no me atrevía a mirar. También creo que son una buena cuna para afrontar situaciones futuras a pesar de las sorpresas que nosotras mismas nos deparemos.
      Me alegra que también caminemos al son. Un gran abrazo y gracias!

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  13. Qué profundas tus palabras y como resuenan en mi experiencia. Esa extrañeza del propio cuerpo y ese acercamiento a la feminidad y a la sexualidad. A mi me ha llevado mucho tiempo también, nombrar episodios no encajados, e incluso abrazarlos, todavía ando en ello, no dejo de descubrir secretos de mi ser y claves de mi movimiento por el mundo.
    Cuánto me alegro de que te concedas el amor que esperabas, es el mas necesario para conectar con el amor de los demás.
    Adoro tus palabras y me alegro por ti y contigo.

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    1. Hermosa Mamá Corchea, te cojo de la mano porque tengo la sensación de que caminamos juntas o muy cerca una de la otra en esto. Gracias por lo que me dices, te lo devuelvo con el mismo cariño. Gracias por estar tan cerca.

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  14. Al fin y al cabo qué es la vida, sino un viaje, a veces luminoso, a veces hacia la oscuridad del abismo... Pero hermoso y emocionante, sobre todo si en él nos descubrimos y re-descubrimos resurgiendo una y otra vez de las cenizas, catarsis tras catarsis... Me alegra verte llena de luz y feliz contigo misma

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    1. Así como lo describes, Mousikh, una limpieza desde dentro hacia fuera impulsada por el amor, a lo que eres, a lo que das y a lo que ofreces. No siempre es fácil y como continuamos en cambio hay que seguir escuchándonos y, siempre que podamos, aceptándonos también. Gracias por tu aportanción tan sanadora.
      Gran abrazo.

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  15. Al fin y al cabo qué es la vida, sino un viaje, a veces luminoso, a veces hacia la oscuridad del abismo... Pero hermoso y emocionante, sobre todo si en él nos descubrimos y re-descubrimos resurgiendo una y otra vez de las cenizas, catarsis tras catarsis... Me alegra verte llena de luz y feliz contigo misma

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  16. Al fin y al cabo qué es la vida, sino un viaje, a veces luminoso, a veces hacia la oscuridad del abismo... Pero hermoso y emocionante, sobre todo si en él nos descubrimos y re-descubrimos resurgiendo una y otra vez de las cenizas, catarsis tras catarsis... Me alegra verte llena de luz y feliz contigo misma

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  17. Genial, me siento tan identificada... Enhorabuena por el blog, aqui tienes una nueva seguidora y prescriptora, necesitamos más de esto en nuestro día a día. Voy a contarle a un par de amigas que son mamas conscientes tambien y seguro que les encanta leerte.

    Besos!

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    1. Gracias, Paqui! Me alegra que hayas llegado hasta aquí, bienvenida! Gracias por tus palabras y tu alegría! Un fuerte abrazo!

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  18. Qué belleza y qué inspirador...me calma leerte...
    Un abrazo grande.

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